jamás me alcanzará la vida para explicarte la cantidad de sensaciones erráticas que generas en mi pequeño cuerpo, y si me diera el tiempo de identificar una por una, tardaría más de un siglo incompleto, de esa forma concluyo en que el término más cercano que puede englobar mis emociones se basa en la calidez; la calidez que creas con tus brazos al refugiarme entre ellos, la calidez que me brinda tu mirada al saber que todo estará bien, la calidez que me transmiten tus palabras cuando me expresas tu dulce sentir, aquella calidez que solamente tú logras implantar en mí.