sus gemidos eran agudos y muy fuertes, no le daba vergüenza que todos supieran que tenía un dueño. especialmente cuando ese dueño le brindaba un sinfín de placer y dulces sensaciones. estaba babeando y tenía las mejillas muy rojas y ligeramente mojadas ya que se había puesto a sollozar al recibir tanto placer. era un desastre, en pocas palabras. /y-yo. yo soy un buen zorrito, ¿verdad? /le brindó una sonrisita, acercándose a la boca de su novio para poderlo besar con muchas ansias. /soy tu zorrito sucio, solo mira lo mojadito que estoy por ti.../murmuró, al notar que su entrada chorreaba de lubricante. no iba a negar que se ponía como una puta cuando se trataba de su papi. / me encantas, mhn.