♡ Prongs. ♡ Nunca comprendí cómo es que la gente desvalora a las personas que son iguales a un rayo de sol. Sí, estoy hablando de él. Quien me cuidó desde el primer momento, me hizo soltar mi mejor risa, me escuchó y aconsejó en cada tropiezo que tuve. Y no, no hablo de ninguna figura paterna. Un amigo puede ser mil veces mejor que alguien con quien tienes un vínculo de sangre. Mucho mejor. Y tú me lo has demostrado, con cada mínima acción, así sea a la distancia. Tu gracia hizo alumbrar mis noches más oscuras y frías, donde me hicieron sentir desganada, apareciste tú, algo torpe, pero con ganas de todo, queriéndome tal y como soy, aceptandome. Te respeto en sinónimo de amistad y hermandad. Quizá, probablemente ─y anhelo─ en algún otro universo nos pudiéramos haber conectado de alguna u otra manera, más cerca. Más familiar. Cada pequeño e insignificante logro que tengo, lo celebras con gran orgullo, como si hubiera salvado al mundo. A veces no comprendo. Te agotas preocupándote por los demás. Déjate amar. ¿Qué no ves que también te quiero cuidar? Es tan niño, tan hombre, tan tierno, tan serio. Es él, quien tenía el ego del tamaño de un lago, pero un corazón para igualarlo. No cabe tanta pureza en tal chico. Tan simplón a la vista, pero una caja de Pandora al contactarlo. Creo fielmente en que cada persona necesita un pedazo de él en sus vidas. Tan solo para comprobar que existen personas mágicas. Sin que te lo esperes, ya te está abriendo las puertas de su corazón. Ya te tiene consigo y te mima como tanto uno necesita. Así me hizo sentir él. Como si fuera una niña pequeña conociendo a su superhéroe preferido. A la persona que salvó una parte de mi vida sin siquiera pedírselo. Su sonrisa ilumina este y millones de universos. Ojalá nunca deje de hacerme reír. Nunca. Respiro de ello. Respiro al saber que lo tengo a mi lado.