A pesar de que se había calmado hace unos instantes, al escuchar como el contrario dejaba salir tales risitas y ante su respuesta, por mas inocente que haya sido su intención, inevitablemente su rostro retomó aquel amapola en todo su esplendor, a causa de la vergüenza que sentía, un par de risas deja salir al igual que él, y lleva su mano hacia su nuca, rascando la zona, a pesar de la vergüenza, se sentía inmensamente feliz por la respuesta.— Pff, parece que todos lo habían notado menos yo... Lo lamento.— Se disculpa, y, al cruzar nuevamente su mirada con la del ajeno, esta vez un brillo en especial se puede ver en sus rubíes.— Andrew, yo... ¿puedo, uhm.. darte un beso?.— Nunca antes habia pedido consentimiento para algo así, estaba muy nervioso.