DANGER.

Ser fuerte y valiente, enfrentarte a todo por mucho que duela, tragarlo, y aparentar normalidad. No queda otra. Se fuerte y valiente, se fuerte y valiente, se fuerte y valiente, se fuerte y valiente. No suena nada más en mi cabeza. Una y mil veces. Podría pensar que no es nada, que no duele, que puedo con ello… podría si, ojala, pero no soy capaz. Podría sonreir sin esconder nada, podría decir que para mí todo es de color de rosa, podría decir que no me importa… y ya que me pongo a decir cosas así, podría decir que voy a echar a correr y empezar a volar, podría. Podría contárselo a la gente, podría ser yo misma… pero no lo haré. No quiero que nadie me conozca de verdad. Me niego a perder a alguien más. Me niego a que la gente vea lo desastroso que es todo a mí alrededor, lo horrible que es todo conmigo. En el momento que alguien lea lo que escribo con todo este dolor, y de verdad lo sienta, le daré el abrazo más grande y fuerte que a mí nunca me han dado y que siempre he necesitado. En el momento que alguien se encuentre todos mis pedacitos y quiera reconstruirlos, podrá tenerme hasta hartarse de mí. No quiero que me digan “me tienes para todo”, quiero que entiendan que no me gusta demostrar que estoy mal ni explicar el por qué. Y que aunque no noten lo fría que soy porque siempre lo he sido, que entiendan el motivo. Pensaran que soy exigente y difícil de entender y complacer, pero en realidad es muy sencillo y fácil.

Ese dolor que tengo dentro, la mayoría de las veces causado por el de fuera. Esas ganas de gritar y soltarlo todo. Ese nudo en la garganta que no desaparece nunca. Los pedacitos de mí que me voy encontrando según pasan los días. El miedo que se ha vuelto costumbre. El cambio por ese miedo, ese dolor, esas ganas de desaparecer por momentos… son cosas de las que nadie sabrá jamás. Estoy escondida en alguna parte de mi, pero no sé bien donde, por eso nadie sabe como soy realmente, por eso nadie me conoce de verdad… por eso tengo dentro esa rabia que a la mínima se apodera de mi. No quiero que nadie lo sepa, porque tengo miedo a ser tratada como nadie sabe que lo soy, porque no quiero ser el centro de atención, ni para bien ni para mal, porque no quiero que nadie sienta compasión hacia mí. A veces me machaco por estar sola en mis peores momentos, momentos que nadie o casi nadie sabe que los tengo, pero la verdad es que me gusta estar sola. He aprendido que es mejor no depender de nadie en nada, porque poco a poco conseguirás hacer las cosas y podrás valerte por ti mismo siempre. No quiero a nadie que me ayude con esto, aguantaré, llevo haciéndolo casi toda mi vida, no pasará nada por seguir haciéndolo más tiempo. Seguiré escondiéndolo todo como hasta ahora. Sufriré yo sola y en silencio. Al fin y al cabo, yo soy la que lo quiere así.

Piensas. Crees. Barajeas posibilidades, opciones, soluciones… Y al final llegas a la conclusión: El cambio. Ni por alguien, ni por algo o por nada. Por ti. Por nadie más que por ti. Por complacerte, porque tú sabes que así será mejor, por tu manera de afrontar las cosas, y por tu manera de ver otras cuantas, por decir “hasta aquí” o decir “sigamos…”, por ser o no ser fuerte, por reir o llorar… y por mil cosas más. Puedes cambiar por ti o por los demás, y pensareis que es lo mismo porque en las dos maneras cambias, pero hay una única, clara, y gran diferencia: Que alguien te diga “Has cambiado” y tú respondas “Lo sé” con dolor, y un nudo en la garganta, o que te digan “Has cambiado” y tú respondas “Lo sé” orgulloso de lo que has hecho, de reconocerlo y con una sonrisa verdadera en la cara. Que puede que seas como quieres, o seas como tú crees que debes ser, yo personalmente no soy como quiero ser, pero soy yo y cambie o no cambie siempre seré yo.

Se acabó.  Ya se terminó. Tantas vueltas, dudas, horas pensando… todo para nada. Horas soñando con momentos que viviríamos juntos, para nada. Ni un solo beso, ni una sola caricia… pero eso no importa, lo que ha sido contigo jamás será con nadie, imposible. Eres especial y por eso te quise, te quiero y te querré tanto, serás siempre mi espinita, y por eso quiero decirte mi más sincero ‘Nunca te olvidaré’. Apareciste de la nada, convirtiéndote en todo poco a poco, igual que te has ido poco a poco, hasta hoy, hoy nos decimos ’Adiós, y hasta que nos veamos’. Y me duele este adiós, me duele tanto como un puñal rajándome el cuerpo de la cabeza a los pies, pero igual que tú me ayudaste a olvidar, alguien me volverá a ayudar, pero me has enseñado cosas de mi misma que ni yo sabía, eso nadie lo conseguirá jamás. Un día me dijiste ‘Quiero hacerte sentir cosas que nadie haya conseguido hacerte sentir antes’ felicidades, misión cumplida desde el primer segundo. Tal y como te dije el momento exacto cuando empezó todo ‘Estas hecho a mi medida’ y siempre lo estarás, nadie, absolutamente nadie podrá llenar completamente el vacio que has dejado tu. Ahora toca llamarte amigo.

Dime, ¿Qué hago?... ¿Qué hago con todas esas ganas de mandar todo a la mierda, de decir “hasta aquí, ya no más”, de dejar de hacerme daño? No quiero decir adiós porque su ‘hola’ ha sido el que más sentimientos me ha provocado, el que me levantó del suelo, fue el pañuelo que me seco las lagrimas, el lápiz que dibujo una sonrisa en mi cara. Que venga quien quiera, que me prohíban mil cosas, que me pase lo que sea, que yo seguiré intacta mientras no me faltes tú. Nadie me entiende, no espero que lo hagan, pero aun así es difícil… Es difícil saber que todo el mundo cree que esto es una chorrada, una pérdida de tiempo, que no vale la pena, pero me da igual, ¿No he dicho que no me entiende nadie? Pues eso. Nadie me conoce de verdad, nadie sabe si estoy bien o mal, y si me lo notan, miento, jamás reconoceré que estoy mal, de ahora en adelante, jamás, escribir será mi vía de escape.

Que se que se supone que así es mejor, aunque para mí no, lo hiciste por tu cuenta y sin pensar en mi, que esto es de dos, no solamente de ti. En el momento que lo pensaste o lo hiciste, no pensaste en mi ¿verdad? No pensaste en que me haces falta, en que me dejas sola, en que te necesito, en que puede que me este rompiendo por dentro pero tu ni te enteras… Joder que se puede estar unidos aunque estemos lejos, y lo sabes, lo has comprobado. Me dijiste que no iba a llorar nunca, lo ilógico no es que lo hiciera, es que tú tuvieras parte de culpa. Por favor entiéndeme, que soy de cristal joder, dame una hostia que yo sigo intacta, dame unas cuantas y quédate a ver cómo me rompo, pero después no te sientas mal, no te arrepientas, no hagas nada, no quiero. Que yo acepto todo esto porque te quiero, y tu… tu… tu no lo valoras, ni si quiera te enteras, que tengo miedo de perderte pero a ti te da igual eso, me dices que me quieres y lo arreglas, ¡Pues no! Que tengo sentimientos joder, si yo fuera la mitad de importante que eres tú para mi, podría morir feliz, y me dices que no eres nada, que te doy demasiada importancia, que te valoro demasiado, pues yo creo que no, que eres un chico entre un millón, uno diferente, que vale la pena, y de ahí viene mi miedo a perderte. Cualquiera diría que vales la pena después de leer esto… Pero ¿Sabes qué? Que me da igual, que yo sé cómo eres, que yo te entiendo. Que te quiero muchísimo joder, no hay nada más que decir.

https://www.youtube.com/watch?v=ihtYOZ7DTEs&list=PL857962A92F6FC960

El cáncer. Ojala fuese solo un signo del zodiaco... Ojala… Muchos hablan de esto sin saber, otros por simple postureo, pero no sabes que significa o que es el cáncer hasta que lo vives de cerca. Yo no tengo cáncer, lo tiene la persona que menos se merece en este mundo que le pase algo malo, y no digo que los demás se lo merezcan, no, nadie se lo merece, ni la peor persona con la que nadie se pueda cruzar se lo merece, pero mi abuela se que ha sido con diferencia la persona que más se ha entregado a las personas que quiere y ha querido en su vida. Ha perdido a gente y no precisamente por su culpa, ha creído que conocía a ciertas personas que han estado con ella muchísimos años, y después le han apuñalado por la espalda. Pero ella es una mujer impresionante de los pies a la cabeza, cualquier héroe de película comparado con ella, no es nada. Es mi abuela, mi amiga, mi apoyo, mi compañía cuando la necesito…  es mi vida y punto. Tengo muchos miedos, pero el mayor de todos ellos es: despertarme un día y que ya no este. El día que se vaya, se llevara algo de mí, porque este donde este, siempre estaré con ella. Cada vez que puedo verla, hablar con ella o saber algo más sobre como esta, lo hago, no me lo pienso dos veces. Confio en ella, pero no en lo que tiene, aun así, yo se que ella puede con ello. Siempre se levanta con ganas de comerse el mundo aunque no tenga fuerza ni para levantarse del sofá, es un ejemplo a seguir.
          Te quiero amama, tu puedes!

¿De qué sirve ser fuerte? Todo duele igual, ser fuerte está sobrevalorado. Ahora mismo estoy rota. Se supone que todo sigue igual, pero yo me siento alejada de él. Todo lo que me decían, todos mis miedos… Todo, se ha cumplido, y aun así todo sigue igual, pero diferente. Me siento tonta, rota, vacía, sola, débil, y todo es por mi culpa. Tonta porque es culpa mía, yo acepte hacerlo, lo permití. Rota porque no soy capaz de sonreir de verdad, no encuentro la manera, y tampoco creo que la haya. Vacía porque cada lágrima que cae por mi mejilla, se lleva algo de mí. Sola porque quien estaba conmigo, se aleja poco a poco, a paso lento pero firme. Y débil porque me creía más fuerte, que sí, que yo sigo pensando que eso está sobrevalorado, quiero decir que creía que podía con ello. Pero todo lo que está pasando es lógico, estamos tan cerca y tan lejos como enero y diciembre. Me es imposible escribir esto sin derramar una sola lágrima, cada vez estoy más vacía. Tengo miedo. ¿Soy una miedica o es que le quiero demasiado? Aun no lo sé y tampoco creo que vaya a saberlo. Tengo millones de preguntas, todas y cada una de ellas diferentes, pero temo encontrar algún día la respuesta y que se me haya olvidado la pregunta.