Yo super bien.

:; Yo te recuerdo

ᓚᘏᗢ♡──────Era una propuesta. Sólo estaba siendo amable. —aclaró con una sonrisa falsa, sin apartar su mirada de la del contrario.
          
          Su sonrisa creció aún más. Incluso cuando no mostró abiertamente que sus palabras le afectaron, pudo notarlo, pero decidió no hacer comentarios sobre ello.
          
          —Sí, no es de tu interés. Y de tu alcance tampoco, ¿No? —agrega, alzando una ceja. 
          
          El rostro de las dos deidades estaba a apenas centímetros de distancia, y seguramente habría seguido así de no ser por el animal en el regazo del rubio, que estaba entre los pies del dios caído, con sus inútiles intentos por alejarle.

ᓚᘏᗢ♡────── No me hagas caso entonces. —desestimó, haciendo un ademán con su mano izquierda y encogiéndose de hombros—. No es como que esté desesperado porque me hagas caso.
          
          El silencio reinó entre ellos antes de que el rubio lo mirase mal. Su ceño se frunció ligeramente, y su mirada dorada se clavó en él.
          
          —Por favor, te aseguro que un gato y cualquier animal es más honorable que tú. —dice, mientras aparta hebras de cabello dorado de su rostro, y la sonrisa burlona regresó a su rostro—. No te preocupes, él también te repudia. 

ᓚᘏᗢ♡──────Puede que no seas tímido, pero a veces me haces pensar lo contrario. —declaró, sus palabras adoptaron un tono burlón más claro que antes.
          
          Continuó acariciando al felino, observando su reacción ante la presencia de su enemigo/rival, y al escuchar las palabras contrarias, no pudo evitar soltar un resoplido de diversión.
          
          —¿Le tienes miedo a Ibuki? —provocó, girándose apenas lo suficiente para mirarlo—. No te preocupes, no come porquerías.
          
          Rió, alzando una ceja y manteniéndose en silencio unos segundos, antes de volver a pronunciar palabra—. ¿Quieres dejar de moverte tanto?

   no m deja kambiar el icon,  wtf

Marc, y si compartimos icon??? ⛄✨
          
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ᓚᘏᗢ♡──────Y también ilumina los caminos de los menos esperanzados. —dice, volviendo su mirada al frente.
          Observaba a la ciudad de Heian casi con orgullo ante lo mucho que habían parecido avanzar. Por supuesto que iba a estar orgulloso de la ciudad que él mismo protegía. 
          
          —¿Vas a tomar asiento? ¿O ahora eres tímido? —pregunta, con un tono alegre y suave, aunque ligeramente burlón, en su voz.
          El gato en su regazo miró con recelo al dios caído, maullándole en señal de rechazo y desagrado.
          
          Había pasado tiempo, demasiado, desde la última vez que tuvo una charla mínimamente normal con él. 
          La mayor parte del tiempo, sólo hablaban antes o durante una de sus peleas, pero ahora ninguno parecía buscar eso.

REFREZCAME LA MEMORIA, PLIS

En el corazón de Heian-Kyo, bajo un cerezo, se sentó en tranquilidad, su mirada recorrió un mundo transformado. Cada milenio, fue testigo de las arenas cambiantes del tiempo, el incesante flujo y reflujo de la existencia mortal. Sin embargo, esta era contenía un tipo diferente de magia, un delicado equilibrio donde los demonios y los humanos bailaban en el mismo reino, cohabitando, coexistiendo. Se formaban alianzas impensables, el amor florecía entre los seres más improbables. Como dios, era un observador silencioso de estos cambios, su mente giraba con una sensación de asombro e incredulidad.
          
          Sus cavilaciones se vieron interrumpidas de repente por el crujido de la hierba bajo sus pies, el sonido sutil de alguien que se acercaba. Su corazón latía con fuerza en su pecho cuando su mirada se encontró con la tuya, la suavidad de tus ojos despertó algo dentro de él: una familiaridad, un recuerdo perdido en el laberinto del tiempo.
          
          —¿También buscas esconderte del calor del sol? —preguntó con una suave melodía y una risa que brillaba en sus ojos.