Acabo de ver una película y adivina, me acordé de ti. Hay cosas que son inevitables no pensar cuando vez algo que te recuerdo a algo o alguien. Primero, sonreímos recordando lo felices que fuimos juntos, tantos abrazos, besos y los abrazos acompañados con lágrimas -Esos eran los mejores- Solo con ver tus ojos lleno de vida, alegría, con ganas de disfrutar al máximo me hacías querer reiniciar y empezar de nuevo, simplemente me hacías mejor persona.
Pero después, recuerdas lo triste, la vez que te vi agonizar, peleando por tu vida, estoy seguro que no querías marcharte de mi lado, ¿Por que hacerlo? No podía hacer nada para detener tu dolor, como me hubiera gustado hacer algo. Sólo me acosté a tu lado y te abrace. No me importó que estuvieras convulsionando, o pidiendo la ayuda que no podía darte. Pero sabía que no querías que estuviera triste, así que sólo te dije: Te amo, más que a nada en esta tierra. Y sólo, simplemente, te deje ir.