Te necesito, pero no quiero admitirlo.
Mi vaso de agua se desborda,
y tú eres el único que puede secar los brotes.
Tu ausencia aumenta mi dolencia,
desearía que no fuese así,
pero los sentimientos no los puedo controlar.
Lamentablemente, si tu interés en mi se va,
no voy a hacer nada para volverlo a recuperar.
Con mis lágrimas cayendo,
con el soplido del adiós te despediré sin más.