Cuando somos niños tendemos a creer que todo es bonito, que crecer y ser adultos es lo mejor que nos puede pasar, lo anhelamos y deseamos con tanta intensidad, pero cuando poco a poco nos acercamos más a nuestro anhelado sueño desearíamos que no sucediera.
Algo que nos ayuda mucho a superar esos cambios son las amistades que adquirimos en el proceso, esos buenos, confiables y verdaderos amigos que siempre nos dieron su mano y estuvieron ahí para nosotros, apoyándonos incondicionalmente, pero crecer hace que cambiemos y lamentablemente muchas veces dentro de esos cambios afectamos y lastimamos a nuestros amigos, esos mismos que nos apoyaron tanto.
En esos momentos cuando todo parecía soportable y te enteras que estás haciendo daño a los que amas, ahí todo pasa hacer algo difícil de enfrentar y manejar.
Por eso, es muy importante que en nuestro transcurso de crecimiento y cambios analicemos constantemente que estamos haciendo y como esta afectando eso a los que de verdad nos importan, hacerlo nos permitirá hacer los cambios necesarios a tiempo y cuidar y mantener a esas valiosas amistades.