⠀ノ ¿Cuánto tiempo había pasado? Ni el lo sabía, pero a fin de cuentas: ella estaba ahí. Meses pasaron, pronto su relación cambió cuánto los días, semanas y meses se hicieron cotidianos de vivir a lado de la fémina, así como la mencionada ha vivido su tiempo a lado de él. No había rutina cotidiana, aburrida, al contrario, todo había ido de la mejor manera posible dónde sus días iban a un ritmo diferente sin llegar a lo repetitivo. Poco a poco su rutina aburrida cambió a su lado, siempre lograba sonreír con naturalidad a lado de la contraria y provocar que sus mejillas pronto dolieran de tanto sonreír a lado de ella.
          
          Le gustaba sentir aquel dolor, saber que la fémina logra hacerlo sonreír en todo momento con sus ocurrencias.
          
          Así como el tiempo sucedía rápido, su relación con el particular dragón de su pareja, también lo había sido. Aún existía cierta desconfianza, pero al menos ahora le daba la libertad de abrazarla frente a él, claro que, aún su aroma seguía prohibido de intentar hacer. Pero logró tener su permiso de sentirla cerca, abrazarla y besarla sin que él se moleste de estar tan encimoso con quién es su pareja; un punto a favor para él, un cero para los que alguna vez quisieron cortejar a su ahora ya  «novia»
          
          La palabra novia sonaba irreal aún.
          
          ───mhm, mi amor ───su cuerpo se deslizó contra el ajeno, rodeando su cuerpo con su brazo y atraerla más cerca suyo, ocultando su rostro contra el hueco de su hombro e intentar inhalar el delicado aroma que ella desprende con facilidad───, ¿Estás segura que no va agotar tu energía? Sabes qué- podemos intentarlo una vez y si no se logra.. lo dejamos para después, yo no quiero verte tan cansada al abrir otro portal.
          
          Su mirar se fija de reojo contra la fémina, no queriendo que ella se arriesgué a marearse o terminar pálida por la circunstancia de abrir otro portal que, podría darle un bajón de energía.
          
          Era lo que menos quería.