—Estoy tan cansada... Años y años repitiéndose lo mismo... Estoy tan cansada... Amar, reír llorar, repetir... Todo lo que quiero es descansar en paz— explicó en un tono tan lastimero que caló en lo más profundo de su alma, en especial cuando la dama se hincó en su presencia —Eckart me agotó, su gracia... Me agotó al punto de anhelar la paz que representa la muerte— sentenció Aristia, no, Penélope, en el cuerpo de Aristia la Monique.
"¿Qué pasaría sí? La emperatriz plateada y la villana abandonada".