Si me lo pides por favor | Kamisero | Serokami

PRÓLOGO: BRO

Antes de ser consciente de lo que hacía, Sero Hanta echó a correr.

No era normal en él. No era el tipo de persona que iba corriendo a todas partes.

Para qué. Generalmente las cosas seguían en su sitio aunque fuera andando, y si no lo hacían... bueno, si no lo hacían sólo tenía que recurrir a uno o dos hábiles balanceos en su cinta. De qué si no iba a servir ser lo más cercano a una encarnación japonesa del Spiderman moderno.

No corrió la primera vez que Bakugou amenazó con explotarle la cabeza, no corrió cuando Iida le gritó, desde la otra punta del pasillo, que sólo los alumnos irresponsables llegaban tarde el segundo día de clase, y tal vez no debería estar corriendo ahora pero por algún motivo sus pies estaban conociendo las tres décimas de segundo más veloces de su vida.

Porque cuando tu mejor amigo, hermano de juegos, rubio del que has estado dos años idiotamente enamorado y bro al que todavía no te has confesado, está a punto de perder el equilibrio y caer de espaldas desde una altura de probablemente una decena, no, un centenar de metros, lo más lógico es echar a correr antes de que una afortunada sinapsis te recuerde la existencia de tu quirk.

Eso, al menos, sí que era normal en Sero Hanta.

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¿Una buena idea? No, en absoluto.

Haberse concentrado en electrocutar al robot al que se enfrentaban en esa clase, sin prestar atención a dónde pisaba, no era el movimiento más astuto en el que podría haber pensado, y Kaminari lo reconocía sin problema. Así que cuando, durante lo que le pareció una infinidad de tiempo, su pie dejó de tocar tierra firme, sólo pudo cerrar los ojos y resignarse a ser atrapado una vez más por su destino.

Su destino era, por supuesto, el pelinegro de sus sueños, bro inseparable, amigo insuperable que jamás fallaba en rescatarlo, ya fuera distrayendo a Aizawa cuando corría el riesgo de ser descubierto durmiendo, llamando a su puerta los días en los que tres despertadores no bastaban para despertarlo, o envolviéndolo en cinta antes de que sufriera una torpe caída.

Sólo tenía que esperar a que llegara el familiar tacto de la cinta, la reconfortante sensación de ser abrazado, la calidez de...

— ¡¿Estás bien?!

Kaminari abrió los ojos de golpe. ¿Estaba bien? Estaba bien. Estaba increíblemente bien.

Algo sorprendido, eso sí, de no haber sido salvado por una tira de cinta adhesiva sino por la mano de Sero alrededor de su muñeca.

— Ah- Sí, sí, perfecto, quiero decir bien, muy bien — respondió a toda velocidad mientras intentaba no pensar en lo cerca que había estado el pelinegro de darle la mano y en lo cerca que estaba él de pedirle, de una vez por todas, que fuera algo más que su bro. — Aunque tampoco tenías que preocuparte tanto...

El rostro de Sero pasó de la más inquieta expresión de pánico a una sonrisa avergonzada cuando su mirada viajó hasta el suelo y descubrió que el centenar de metros era en realidad un escalón de veinte centímetros. Ups.

— Pero es cierto que era una caída muy peligrosa — prosiguió el rubio, conteniendo la risa —, casi mortal, diría yo...

Sero, siguiéndole el juego, intentó adoptar un rostro serio que sólo era desmentido por su mirada divertida, y soltó con secreta nostalgia el brazo de Kaminari para apoyar una mano en su hombro.

— Eres muy fuerte, Kamibro, y tienes reflejos rápidos...

— Más que el rayo...

— Pero incluso tú podrías haberte hecho daño...

— Imagina qué terrible habría sido, si me hubiera roto una pierna...

— O un brazo...

— Habría sido espantoso.

— Peor que una fiesta con Aizawa.

— Menos mal que me has salvado.

— No me lo agradezcas, por algo soy un héroe...

— Aun así te debo una.

— Hm... Si insistes... Sí, definitivamente me debes un favor.

Kaminari contuvo una carcajada que hizo temblar sus mechones dorados. Por muy estúpida que fuera la situación, al lado de Sero siempre sentía que lo cubría una capa de electricidad estática que a la mínima ocasión se convertía en una descarga de risa.

— Tranquilo, te lo devolveré.

— Ah, el robot...

— Mierda, corre bro.

(xd esto no es nada serio, pero me apetecía) (gracias por leer uwu)