-ERES MI ÁNGEL-

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- Mon Soleil, nunca me he casado al único que amo esta frente de mi es a él a quien voy a tomar como mi esposo, no hay nadie fuera de ti, ni antes ni después

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- Mon Soleil, nunca me he casado al único que amo esta frente de mi es a él a quien voy a tomar como mi esposo, no hay nadie fuera de ti, ni antes ni después.

Naruto estaba como en un trance la voz del azabache la escuchaba cerca.

- Mon Soleil — A Uchiha le dio un vuelco el corazón, era demasiado fácil creer que veía lágrimas en los bellos ojos de su amado Kitzune. Mon Soleil, ven a casa conmigo para conocer a mi hijo. Te lo agradecería sinceramente.

Ahí estaba el Namikaze de nuevo en ese BMW que lo llevo a la Corp. Sharingan el rubio no sabía muy bien, aún estaba aturdido.

Su mirada estaba en cualquier punto solo veía las lucecillas retintinear pero se iban haciendo menos ya que después vio un paisaje distinto solo arboles a los costados. Naruto se sentía como si hubiera perdido el control de su vida y no era la primera vez.

Ese hombre que iba a su lado era el causante de sus sobresaltos era él solo él el que lo hacía perder totalmente el control.

Namikaze olio el perfume varonil del azabache al ver tenia puesta la gabardina de él, no se dio cuenta en que momento lo hizo.

Pensó.

"Seguro en el momento que me levanto para guiarme hasta el auto, vaya sí que pierdo la cabeza estando a su lado"

Sasuke le observaba de reojo sabía que no se dio cuenta cuando le puso su gabardina.

- ¿Pasa algo Mon Soleil?

La mirada del rubio vio esos preciosos ojos color carmesí que le estremecieron.

- No... bueno si...

Sasuke levanto una ceja para saber qué es lo que quería decir realmente.

- Si es por la gabardina, no te preocupes, además estamos dentro del auto esta puesta la calefacción, tu americana es delgada y no es apropiada a este clima.

- Ya sabes que en Japón es...

- Pero ya no estás en Japón estas en Toronto aquí el fría arrecia más.

- Gracias.

La dulce vocecita del Kitzune alegró sus tímpanos, cuanto tiempo soñó con tenerlo a su lado trataría de mantenerlo cueste lo que cueste.

- ¿Dónde estamos?

- Vamos rumba a nuestra casa, para que conozcas a Ryuu.

- ¡Oh! Si es verdad... falta mucho.

- No, ya estamos en la entrada.

Naruto pudo apreciar la naturaleza, era tiempo de Navidad, tiempo de soñar pedir deseos, era un tiempo de pasarla en familia.

-UN DESEO DE NAVIDAD-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora