Capítulo 22 : Quédate conmigo - Parte 1

265 21 1
                                    


—Quédate conmigo Tony. —Apenas podía distinguir la voz de Steve, pero podía ver a Steve mirándolo y todavía podía sentir el dolor en su costado.

—¡Un médico! —Una voz desconocida.

—Herida de bala, debajo del corazón. —Ese era Stephen.

El mundo se perdió para Tony. Se deslizó hacia un mundo de inconsciencia mientras su cuerpo se movía. Cuando volvió a ser consciente de lo que le rodeaba, escuchó la voz de Steve antes que nada.

—¿Por qué no se despierta?

—No lo sé.—Stephen respondió. Tony trató de moverse, trató de levantarse, trató de abrir los ojos y trató de hablar, pero ninguno de sus miembros o funciones corporales cooperaron. Se sintió paralizado.

—¡Eres el maldito doctor, Strange!¡Haz algo! —Steve gritó.

—¿No crees que lo he intentado? —Tony escuchó a Stephen gritar en respuesta. —Él es mi prometida. —Bajó la voz. Siguió el silencio.

—Sabes, Tony no necesita toda esta negatividad a su alrededor. —Tony no escuchó a Steve discutir y, en poco tiempo, se perdió de nuevo en el mundo.

...Tres meses después...

El nombre de Harley apareció en la pantalla del teléfono de Torunn en el momento en que Cassie Lang dejó Stark Mansion. Cassie había ido a ayudar a Torunn con algunos deberes.

Cogió el segundo timbre y Harley apareció en una pantalla proyectada ante ella. Su prometida. Eso era raro de decir, pensó. Estaba sentado en el escritorio de su dormitorio, sin camisa y con la cabeza desordenada de cabello rubio. Tenía una sonrisa en los labios, pero Torunn se dio cuenta de que había algo más oculto en sus ojos. Preocupación y tristeza.

—Harls. —Habló claramente. Harley sonrió aún más ante el apodo. —¿Qué pasa? —Torunn dejó su teléfono sobre su tocador para poder agarrar un cepillo y ayudar a desenredar su melena dorada.

Harley la miró hipnotizada durante unos segundos. —Yo quería preguntarte algo. Ha estado corriendo por mi mente durante semanas. —Torunn tarareó y Harley prosiguió con su pregunta. —¿Te gusta el sobrino de la tía Nat, Jaime? —Torunn no le dejó terminar su frase.

—Harls. —Ahí estaba el apodo de nuevo. Harley podría derretirse al escuchar eso. Nadie lo había dicho nunca de la forma en que ella lo había hecho, en toda su vida. Había detenido su cepillado. —Llamas para preguntar si tengo o no interés en Jaime. —No era una pregunta, pero Harley respondió de todos modos.

—Si. Puede que sea un poco paranoico, pero te reías y te divertías mucho con él en la fiesta de Navidad. —Tragó saliva ante las dos últimas palabras. La mención de esa fiesta solo le trajo ansiedad y lo enfureció. A su madre le habían disparado esa noche.

—¿Mi risa equivale a interés o atracción? —Propuso Torunn. Devolvió su atención a ella y la apartó de sus pensamientos. Devolvió el cepillo a su lugar designado en el tocador y agarró una cinta para el cabello para que su cabello pudiera ser recogido en una coleta alta.

—No, pero no estoy contigo por la escuela...

—Realmente estás paranoico. —Suspiró, sentándose frente a la pantalla. —¿Por qué? Cuando ya me he unido a ti por decreto de mi padre. Soy tuya, me guste o no. Su palabra es ley.

—Yo sé que no te gusto. —Harley comprendió que Torunn simplemente lo toleraba. Allí no había sentimientos románticos. —Pero creo que si pudiéramos pasar más tiempo juntos antes de la boda. —Eso estaba tan cerca, a menos de tres meses. —Entonces verás que no soy tan malo, princesa.

La familia lo es todo|SuperFamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora