Emily

Capítulo 1

Otro día más, otra vez se me había pasado la hora de salida sin percatarme, bueno en realidad de todas maneras no tenia nada importante que hacer al salir, siempre era la misma rutina, levantarse, trabajar, ir a tomar unas copas, coquetear con alguna chica con la que luego se acostaría sin recordar su nombre a la mañana siguiente, y no es como si le importara simplemente luego sentía el vacío, ese que ha estado con él desde niño, ese que no ha encontrado como llenar.

Sin embargo, hoy se sentía diferente como si su cuerpo anticipara que no sería igual esta vez y una llamada de su madre lo sorprendió, tomando su teléfono celular contestó:

-Hola

-Hola cariño ¿Qué tal estás?

-Bien mamá ¿tu como estás?

-Oh cariño estoy muy bien, tu padre y yo no preguntábamos si podrías venir a casa a cenar.

-No creo que pueda, el trabajo me tiene ocupado.

-Ya te he dicho que debes venir más seguido cariño, no aceptaré un no por respuesta, queremos presentarte a alguien que vivirá con nosotros a partir de hoy.

A decir verdad eso lo intrigaba ¿cuando decidieron su padres adoptar? ¿Por qué no se lo comentaron? Si bien sabía que ya no vivía con ellos, directamente estaba involucrado, es decir, son sus padres.

-De acuerdo mamá, estaré ahí en un par de horas ¿Quieres que lleve el postre?

-Está bien cariño, ya sabes lo que me gusta.

Y así sin más terminó la llamada, un poco fastidiado por tener que cambiar la rutina, un poco emocionado por la invitación de sus padres y muy intrigado por el o la desconocida nueva integrante de la familia; se dirigió a su casa.

Se cambió su traje por unos simples jeans y una camisa de mangas cortas, así a la vista no aparentaba tener sus 26 años, ni siquiera lo reconocerían como el empresario que era.

A su corta edad había logrado convertirse en uno de los abogados más influyentes y adinerados, su nombre hacía eco en cada reunión importante de personas acaudaladas y poderosas, y no era para menos era excelente en su trabajo.

Montado en su recién adquirida Hurley, llegó a casa de sus padres, una hermosa casa estilo gótico en la que creció solo, debido a que sus padres trabajaban demasiado y sus viajes constantes les impedían estar en casa.

Caminando por el sendero de piedra llegó a la puerta, y tocó, una hermosa mujer madura abrió la puerto, su cabello oscuro recogido en trenza, amables ojos grises y labios pintados de color cereza.

-Cariño ya llegaste.

Su madre beso ambas mejillas y frente, los cuales estaba seguro quedaron manchados de carmín.

-Hola mamá, también te extrañé.

-Oh cariño, no más que yo, Henry nuestro hijo acaba de llegar. Pasa cariño no te vayas a resfriar.

Estaba a punto de decirle a su madre que estaban en verano cuando la figura de su padre apareció por la puerta al salón, su metro ochenta y cabello castaño claro lo hacían versión avejentada de él, sus padres en realidad no eran muy mayores su madre tenía cincuenta años y su padre cincuenta y seis, aún así se conservaban muy bien incluso aparentaban menos edad. Su padre se acercó y lo abrazó.

-Es bueno verte de nuevo hijo, hace mucho no venías.

De pronto sintió malestar pues sabía que era cierto, hacía al menos cuatro años que no pasaba por casa. Pero en su defensa ellos tampoco se habían comunicado con él desde entonces.

-Lo mismo digo papá, ya sabes que el trabajo nunca falta.

-En eso estoy de acuerdo, tu bufete ha crecido mucho en los últimos años, por eso es que te hemos llamado, hay alguien a quien deseamos que conozcas y ayudes ¿Podrías venir Emily?

Podría asegurar que esperaba una niña o bien una adolescente, pero lo que se acercó a paso lento fue una pequeña mujer joven con el aspecto digno de una ninfa, su largo cabello castaño contrastaba con una piel blanca como porcelana y unos ojos miel que lo miraban asustado.

-Hola, es un placer.

Su voz sonaba dulce y quebradiza como si fuera a echarse a llorar.

Justo en ese momento no encontró que decir.