Y por eso estaba yo en el coche de mamá, de noche, a las tres de la mañana, escuchando la radio, al menos hasta que lo cambió a la estación de noticias de Beacon Hills, los reportes del supuesto ataque de animales.
-Mamá, si vas a poner las noticias, al menos déjame conducir-casi suplique yo.
-Tienes 5 años Dalia.
-¡Sé conducir!-me quejé.
-Por supuesto, ¿Cómo se me ha podido olvidar?-respondió con sarcasmo. Me enfurruño en mi asiento.
-No es justo, encima nos vamos a quedar con los tíos y la prima, ¡y las niñas normales de cinco años no disparan pistolas ni golpean a los hombres molestos! ¿Qué se supone que voy a hacer? ¡Me aburriré!
-Podrías... no sé, cantar, bailar, dibujar, algo de eso. Allison a tu edad amaba las muñecas de bebés.
-Soy un ángel-la miré como si estuviera loca-. Los ángeles no jugamos.
-A mi me gusta jugar.
-Te gusta jugar con nuestros objetivos, siempre acaban siendo tus víctimas. ¡Por Charlie, mamá, Jett Blythe te sigue enviando cartas desde la cárcel!-mamá rió. Solía encandilar a los hombres, era maravillosa en eso y su parte favorita del trabajo. A veces daba miedo.
Miré por la ventana.
Beacon Hills era el lugar donde me había concebido, el lugar donde la familia de mi padre había ardido por culpa de mi madre y su padre, el lugar donde la tía Cora había vivido durante más de la mitad de su vida. Aquí mismo, Grace Phillips había reclutado a mamá para la Agencia Townsend y para Charlie, aunque antes la había hecho una prueba de embarazo que sorpresa, salió positiva.
Mi madre nunca había ocultado sus sentimientos acerca de mí: ella no amaba a mi padre, y ni siquiera estaba segura de tenerme. Es más, decidió que, daba igual si era niño o niña, lobo o humano, no sería únicamente su hija, sino que me tendría para la Agencia. Yo no nací para ella, sino para Charlie.
Si hubiera sido un niño habría sido entrenado como Bosley. Mamá lo hubiese preferido así, ya que el trabajo no sería tan peligroso como un Ángel. Sin embargo, gracias a mi edad y mi intelecto superior, nada más empezar a andar me enseñaron defensa personal y aprendí trece formas distintas de dejar inconsciente a alguien sin armas, fui capaz de entrenar con niñas mayores desde que tenía 3 años; me enviaron a misiones para observar a niñas en diferentes entrenamientos y vi a cada una de ellas, las evalúe física y psicológicamente, destrezas y habilidades, y las apunte para que las revisaran cada cierto tiempo por si serían o no buenos ángeles.
No soy un lobo, al menos, no completamente. Si, es verdad, me transformo, aunque me cuesta mucho trabajo y me canso rápidamente. A veces me siento más en sintonía con la naturaleza y los animales que con los humanos, mis sentidos son más agudos que la mayoría, pero ni mi curación es acelerada ni me transformo tal y como hacen los otros metamorfos, sólo como lo hacía mi abuela Talia, y no me gusta, me hace sentir débil. Soy capaz de manipular cenizas de montaña y acónito a mi antojo.
Como una niña normal pero con todo lo bueno de lo sobrenatural.
Miré de nuevo a mamá conducir y parar en un Stop (aburrida, ¿para qué es necesario dejar paso? es más divertido esquivar a los camiones):
-¿De verdad que no puedo conducir?
-¡Dije que no!-ella se hartó.
Fue entonces cuando un hombre lobo saltó sobre el capó del coche y agarró a mamá por la garganta. Mi primera reacción fue gritar agudamente mientras mamá buscaba su escopeta. Se la lancé de una patada mientras salía del auto para ver a la criatura: grande, negra monstruosa, con ojos rojos. Un Alfa. Y bastante asesino. Le lancé un cuchillo que esquivó mientras corría intentando que mamá no le diera con las balas.
-¡Vamos, muéstrate!-gritó mamá.
-Déjalo, no regresará-observé yo mientras intentaba escuchar al mismo tiempo que llamaba al tío Chris. Mamá no me hizo caso, sacando una nueva escopeta del maletero y tendiéndome una a mi también. La rechacé. Por fin contestó, algo dormido-¿Tío Chris? Si, soy yo, Dalia, mira, el alfa acaba de atacar a mamá, estábamos las dos en el coche... Si, si que lo sé, lo del negocio familiar, ¿te crees que soy estúpida?... OK. Por favor, ven cuanto antes. Di, no sé, que algún idiota hizo una trampa para las ruedas o algo así. Vale, nos vemos ahora.
-No tendrías que haberlo llamado.
-No es estúpido, mamá, de todas maneras verá la ventana.
-El alfa ha desaparecido.
-Mira, creo que viene otro que seguro ha escuchado el ruido o lo estaba buscando, el alfa intentará que nos matemos entre nosotros-otra figura saltó hacia los tejados, también siguiéndolo, y mamá se preparó para disparar-. ¡Mamá! ¡Mamá, para! ¡Espera! ¡No!
Me quedé sin aliento cuando disparó.
-¿Estás loca?-la giré-. ¡Disparaste a alguien que no sabes quien es!
-Es Derek-se burló.
Gemí. ¿En serio disparó a papá? Y yo que me burlaba de la familia de los dioses griegos.
Un gorrión se posó en mi hombro.
-Hola, Houdini-susurré yo, con frío de repente. Houdini iba por libre, se había caído meses (en julio) antes cuando era un bebé en la Agencia y Alice Smith, una Ángel que trabaja en una protectora de aves salvajes me ayudó a cuidarlo. Le di la papilla con agua templada cada hora (o cada vez que tenía hambre y abría el pico sería más exacto, entre una toma y otra, era media hora), le hice un nido con papel y ramas en una bañera de muñecas, a veces hasta lo limpiaba después de darle de comer con la jeringuilla porque se ponía perdido de sucio, la pasta se endurecía en su pico y en las plumitas. Siempre estaba intentando escapar de la jaula, de ahí el nombre de Houdini, el gran mago escapista, pero cuando creció e intentamos devolverlo, decidió que yo era mejor que su familia.
Claro, la comida...
Esperé sentada en el coche, enviando un mensaje a Bosley. Él debía saberlo. Nada más regresar a Beacon Hills mamá volvía a ser Argent. Y, cuando eres un Ángel de Charlie, debes dejar tus sentimientos a un lado, debes ser lo que es necesario que seas, no lo que quieres.
Cuando mamá volvió a entrar al auto, le dije seriamente:
-Madison Lee.
-No me compares. Ella puso en peligro las vidas de sus compañeras, Molly Moore y Erin Russell. No era digna. Y acabó traicionando a Charlie y queriendo matar a Alex, Dylan y Natalie.
-Tu acabas de disparar a un lobo con una bala que lo matará lenta y dolorosamente. Eso sí que no es digno de un Angel, madre-ella me miró, la interrumpí cuando iba a hablar-. Le envié un mensaje a Bosley... No sé qué dirá Charlie, pero dudo que esté contento. Piénsalo, ¿quieres? No podemos seguir siendo un equipo, nosotras tres, si dudas de los lobos...
Al mismo momento, recibimos un mensaje de Boss:
Baby Angel Dalia/Angel Kate:
Por lo recién ocurrido se intentará que el Ángel Cora se gradúe más temprano, si eso no resulta será enviada a Beacon Hills sin sus alas. Kate, Dalia está a cargo. No vuelvas a intentar matar activamente a alguien.
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Angel (Teen Wolf)
FanfictionKate Argent regresa a Beacon Hills Con una hija de cinco llamada Dalia Ambas tienen un tatuaje Y trabajan para un hombre llamado Charlie Como Dalia dice, Charlie es su Dios Ellas son ángeles Los ángeles de Charlie