Dulces palabras para Cassie

Este pobre enamorado

Habíamos vencido a Zhan Tiri. Todos encontramos nuestro destino. Eugene Fitzherbert como el nuevo capitán de la guardia de Corona y prometido de Rapunzel. Ella regreso sus obligaciones de princesa. Cassandra se volvió una gran aventurera. Lance se fue a vivir a una isla con Angry y red. el rey del reino oscuro y los amigos de mi padre regresaron a casa. Y yo era el ingeniero, el inventor y alquimista de Corona.

Intentaba poner mi mejor cara cuando Cassandra dijo que se iba. Sabia que ella necesitaba hacer ese viaje para reencontrarse y perdonarse.

Las aventuras y rumores sobre Cassie llegaron a Corona. El ultimo fue que ella tenia novio.

Habian pasado 5 meses cuando mi padre recibió una carta del rey Edmundo. Pidiéndole que fuera al reino oscuro. No estaba seguro de ir. Temía que me metiera en problemas, mientras no estaba. No dejaría de insistir, no había más remedio que ir.

Gracias a nuestro proyecto con las tuberías nos habíamos unido mas. Seguro nos echaríamos de menos.

Rudiger y yo nos quedamos solos en la casa otra vez, pero esta vez era diferente.

Mi estado de ánimo era deplorable. En las últimas semanas habia tenido falta de interés en mi trabajo. Mis proyectos estaban sin terminar. Los objetos extraños que estaban allí: mapas, libros, armas hechas con un material raro, pergaminos, planos. Casi no comia, no dormia, ni siquiera había tomado un baño era algo comun debido a mis oficios. Pero esta vez  era diferente, mi corazon estaba roto.

—“Cassandra tiene novio.” —se repitia una y otra vez en mi cabeza. Los rumores fueron una daga en mi corazón. Para calmar lo que sentia empecé a escribir cartas para Cassie. Que nunca entrege porque no tenia  valor y porque mi amigo, el mapache se las llevaba.

Era otra noche tormentosa. Sumido en tristeza tronaba los huesos de mis manos y trucaba mi cuerpo, buscando la forma de llenar el silencio. Tratando de luchar conmigo para no hacer otra tonta carta, pero era inutil menos un segundo ya enciendia  la vela. A lado de ella un cofre abierto con un anillo dentro. Lo abri y  agarre el anillo. Lo mire y jugue con el, un momento. Como siempre sacaba y acomodaba mis hojas de papel, remojaba la pluma en el frasco de tinta,  quitaba el exceso de tinta y comienzaba a escribir.

Cassie:

Escribo estas palabras. Y mi deseo por ti me está agotando, mire donde mire veo tus ojos. Eres mi guerrera, eres mi flor, eres mi amada, eres mi hermosa sultana; eres mi amor. Intenté ocultar mis sentimientos, pero tu perfume me expuso. Es tu perfume el que siento, huelo y me persigue donde quiera que vaya. Se roba la fragancia de mis palabras. Por favor, discúlpame si mi poesía te ofende y si no alcanza para describirte. No te imaginas la felicidad que sentí cuando leí tu carta, aunque no sea para mí. Por favor, no te enojes con la princesa. Solo quería saber de ti. Si alguna vez te preguntas. ¿Como se siente estar lejos de ti? Te lo diré estar lejos de ti, tanto tiempo me está agotando no puedo esperar para volver a verte. Estar lejos de ti ha cansado mi alma. Pero, espero después de haber aguardado tanto te vuelva a ver. Siempre, le agradezco a dios porque no tengo nada de que quejarme en este mundo, menos, por el dolor de estar lejos de ti.

Cuando terminaba de escribir, dejaba caer la pluma con pesar sobre el escritorio, mientras mi amigo el mapache subia y bajaba de mi cuerpo. Rudiger se sentaba en mi regazo y lamia mi cara e intentaba  animarme.
—¿Qué haces con mis cartas amigo? —Preguntaba. Me quedaba pensativo. Me imaginaba a Eugene Fitzherbert leyendo mis cartas y riéndose de mí.

Rudiger salta de mi regazo al escritorio. Toma mi carta con su hocico y sale corriendo de la casa.