Caída

21 2 1
                                    


Es hasta este momento, faltando una hora para que termine el día y con él lo que parece ser el último aniversario, uno que no pudimos ni podremos consumar. Es hasta este momento en que por fin me he atrevido a decirlo de mi propia voz. En que por fin lo he aceptado ante mí mismo, ante el mayor causante de esta avería.

—He sido un completo imbécil.

Hace unas seis horas, en cambio, cuando he llegado a casa encontrando nada más que una carta mal doblada reposando en la mesita junto a este viejo cuaderno de notas y una bufanda repleta de su aroma, estaba convencido de haber hecho lo correcto.

En rigor es lo que siempre quise: que Hoseok enfrentara sus remordimientos, aquella idea tortuosa de lo que pudo haber sido. La resolución del error que no provocaba otra cosa sino nostalgia de otro pasado, y a su vez de otro presente.

Ahora, sentado en el ridículamente acogedor sillón de mi estudio, con con aquel trozo de papel reposando en la gloriosa tela roja que alguna vez adornó su cuello, puedo decir que tengo miedo.

Sé exactamente lo que voy a encontrar ahí dentro, pero las palabras exactas me asustan. Quiero huir. Pero no lo haré de nuevo. No si se trata de la resolución que Hoseok siempre ha estado buscando y por fin se ha permitido abrazar.

Tan pronto como abro aquel trozo de papel mi mente se nubla, puedo sentir las grietas dolorosas que me rompen por dentro. No tengo que esperar demasiado para comenzar a sentir mis lágrimas cayendo, segundos después un jadeo acelerado acompañado de un llanto interminable.

No puedo hacer más que abrazarme fuertemente a ese trozo de papel, mientras siento cómo todo se derrumba. No me atrevo a tomar entre mis brazos la bufanda que Hoseok ha olvidado. ¿La ha olvidado? O quizás la ha dejado a propósito, como mi verdadero tiro de gracia. Uno constante, uno que estará conmigo hasta que su aroma por fin se desvanezca. Pero no me atrevo a más que a rozarla suavemente con mis dedos. No quiero que su esencia se vaya.

Nunca podría aborrecerlo, no puedo siquiera pensar en odiarlo. Ni a él ni a NamJoon. Tengo claro ahora que todo este tiempo he sido un completo imbécil, y es tiempo de pagar el error. Jamás pude sacar de mi cabeza ese deseo de vivir tranquilo, sin el fantasma de Nam acompañándome en cada aspecto de mi vida. Mi vida.. Hoseok.

En las charlas matutinas durante el desayuno, cuando sonreía dejando ver esos preciosos hoyuelos, en los paseos nocturnos por las calles solitarias de Seoul, cuando que me tomaba de la mano mientras con la otra removía su cabello... En esos momentos en que la pasión nos asaltaba y no éramos más que un ovillo de jadeos y caricias.

Siempre habíamos sido solo nosotros, y jamás me había permitido verlo. Me torturaba creando estúpidos escenarios en los que Hobi pensaba "En lugar de éste podría estar NamJoon, aquí, a mi lado. Y cuánto más podría disfrutar de todo esto."

Ahora sus palabras me golpean y rompen todo lo que encuentran a su paso.

Te he amado siempre, antes y después de elegirte.

Voy a dar por hecho que nunca me has amado...

Te estoy liberando.

De verdad espero no volver a verte.

Nunca más tuyo.

Nunca más.

Y ahí estaba mi primer gran problema, ese del que no he hablado hasta ahora. El mayor de mis problemas es y siempre es sido lo mucho que lo amo. Lo he amado incluso más de lo que puedo ser capaz de explicar, tanto que la simple idea de que él deseara estar con alguien más me había llevado a esto. Por supuesto que no es una excusa, ahora me doy cuenta de que no solo era yo quien sufría. 

He sido un completo bastardo. ¿Es a caso congruente querer remediar algo ahora? Cuando él se ha ido y con justa razón, cuando aquí no ha encontrado más que sombras que poco a poco han ido opacando su brillo, cuando he preferido callar todo aquello que me provoca con el simple batir de sus pestañas, aquel puchero triangular cuando algo no le va. Es ridículo, egoísta y absolutamente inaceptable querer detenerlo ahora, cuando estoy consiente de cuanto le ha costado tomar este camino. Uno que ahora me arrepiento de trazar. 

Es mi turno de mirar desde un punto lejano aquél despegue al que se encamina hoy y no interferir en cualquiera que sea su rumbo. Voy a aferrarme a un olor que va a desvanecerse eventualmente, y a un roce suave que no será de su piel.

Hoseok ha decidido irse, y no desea volver a verme.

¿Y quien soy yo para ir en contra de eso? Después de habernos dañado tanto, de dañarlo tanto.

Soy un cuerpo vacío ahora.

Estoy cayendo.

El suelo que me sostenía se ha quebrado, y estoy cayendo.

Hoseok se ha ido.



Nota.

Posiblemente sea esta la única nota que haga. No soy mucho de hacerlas porque siento que quitan mucho espacio en la lectura. (o˘◡˘o)
Espero que pasen o estén pasando desde ya felices fiestas, que se mantengan sanxs y felices siempre. Gracias a quienes leen esta pequeña y desordenada historia, y a quienes lleguen en el futuro. 
Les deseo lo mejor.🎄 Feliz Navidad. 🎄( ˘⌣˘)♡(˘⌣˘ ) 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 25, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi lugar eras tú.| YOONSEOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora