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Amaris

Cada noche era más larga que la anterior, los recuerdo de Jair volvian a mi mente} de improvisto, y no podía contener las lágrimas, Jack me hacía compañía muchas noches pero necesitaba a Jair rodeandome con sus brazos protegiendome de todo.

Me levanta de la cama y comenzar a caminar hacia mi abrigo, donde hace unas horas había guardado un paquete de tabaco. Procedí a sacar uno y asomarme a la ventana, todo afuera era oscuro y la nievla y el frío me envolvía. Derrepente una figura salió de entre los árboles, era el, era Jair.

—¿Qué haces aquí? —Pregunté sin aún creérmelo

—¿Noq quieres verme?

—Entra, vas a coger frío. —Le abriendo más la ventana. —Estate en silencio, mis padres están en casa.

Jair se quito la chaqueta negra que llevaba y se sentó en la cama.

—¿Cómo es que has vuelto?

—Necesitaba verte. —Dijo mientas peina a su cabello, ninguno de los dos se creyó esa mentira.

—¿Por qué?

—Quizás te suene un poco extraño pero necesito tu ayuda.

—¿En que?

—Necesito quedarme un tiempo en tu casa, ¿Me dejarías?

—De qué coño vas, desapareces vuelves a aparecer, ¿y ahora saltas con esto?

—Amaris, por favor no grites —Dijo el chico tratando que tranquilizarme.

—¿Cómo mierdas pretendes que no Grite?

—Calmate de verdad te voy a explicar todo, siéntate aquí conmigo.

Comenze a caminar hacia el y me senté a su lado, el puso la mano sobre mí muslo y antes de que pudiera retirarla comenzó a hablar.

—¿Recuerdas que antes de irme te conté que me había metido en cosas malas?

—Si.

—Bueno, pues ahora necesito estar un tiempo escondido, por situaciones que… Bueno ya te lo imaginas.

—¿y pretendes que te habrá mi casa, a esperar que te encuentren? ¿Esperas que lleguen aquí un día y nos encuentren a los dos?

—¡Que hablas, tu no tienes nada que ver!

—¡y no quiero tener nada que ver! — De un momento a otro ambos estábamos gritando.

—¡A sido mala idea pensar en que tú me ayudarías! ¡Mejor me voy!—Dijo el chocó mientras se levantaba

—Espera, puedes quedarte — Dije intentando tranquilizarme.

—Gracias, dormiré aquí en el suelo.

—Puedes dormir en mi cama.

—¿Segura?

—Solo dormiremos, no por meternos juntos a una cama tiene que pasar algo.

—Espera, ¿Tus padres?

—Ellos te conocen, no les importará que te quedes.

Después de esta conversación ambos nos metimos n la cama, cada uno en una esquina evitando el roze, conocía muy bien al pelinegro, y sabía que algo me ocultaba, no fue hasta la mañana siguiente que me di cuenta.

Abrí los ojos y la luz me cegó al instante. Gire la vista buscando a Jair por al otro lado de la cama, pero el chico no estaba. Al fin y al cabo estaba acostumbrada a sus desapariciones. Camine hacia el baño para peinarme y en cuanto abrí la puerta allí estaba.

—Buenos días Hermosa.

—Hola ¿qué haces despierto tan pronto. — me quede paralizada nada más verle, alrededor de su ojo un moratón muy feo resaltaba. —¿Qué te a pasado?

—Nada, me caí de la cama mientras dormía. —me hacer que a tocarle la cara pero el chico me apartó rápidamente.

—¿Seguro que estas bien? Iré a por hielo

—No, no te molestes estoy bien.

—Jair tienes un ojo morado, no va bien nada.

—Deberdad que estoy bien no te preocupes.

El chico se sentó al borde de la bañera y en cuanto me acerque vi los restos de sangre que se encontraban en esta.

—Jair, dime la verdad ¿Qué te ha pasado?

—Te prometo que nada, no te preocupes ahora por esto y ve al instituto, llegarás tarde.

—¿Tu no piensas ir?

—No, tengo una cosa importante que hacer.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2020 ⏰

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