Resaca.
Abro los ojos y de repente la sensación de querer morir se expande por todo mi cuerpo. Se ve que la noche anterior dio bastante de sí.
Me incorporo y me siento en la cama, y, notando un fuerte dolor de cabeza, intento recordar los sucesos de la fiesta de... ¿Rachel?... No, esto... ¿Katya?... Ehh no... ¿se llamaba Dorys? ¿Gabr...De Lizzy, la fiesta de esa tal Lizzy. Vale, primer paso completado. Segundo: no conocía ni tengo ni puta idea de quién coño es esa tal Lizzy. Así que, ¿cómo llegué a la fiesta? Ah, sí, me acuerdo. Kyle me llevó hasta allí. ¿Y de qué conozco a Kyle? Ah, cierto. Vale, si, soy la persona más popular del instituto Goethe. ¿Y eso es debido a? A que todo el mundo quiere estar conmigo porque según ellos, todos quieren ser como yo. ¿Eres feliz? Sí, bueno, eres feliz. ¿Qué pasó en la fiesta? Te enrollaste con tu mejor amigo Vince, bebiste mucho y te colocaste de marihuana (nada nuevo), te follaste a... Seis, creo. Ah, siete, se me olvidaba el tío de la barra. Que guapo era el capullo. A lo que iba, ¿que pasó tras la fiesta? Papá y mamá te encontraron tirada inconsciente a la mañana siguiente en el césped delantero de la casa de esa tal Lizzy, porque a la zorra no se le ocurre otra cosa que avisar a sus padres para ver si estoy bien. ¿Qué consecuencias ha traído eso? Vas a ir a un puto colegio inglés con niños pijos gilipollas y normas.
Normas.
- ¡¡Más te vale tener el equipaje preparado para cuando suba, Gianna!! -grita mi madre desde el piso inferior.
Me pongo en pie y me voy a duchar. Escojo una camiseta de Pink Floyd, unos vaqueros ajustados y unas Converse All Star amarillas. Me miro de arriba abajo y me acerco al espejo.
- Qué pena das... -susurro.
Me observo detenidamente el cabello azul ceniza, cayendo sobre mis hombros de manera aleatoria. Después paso los ojos a mi cara, y miro mis ojeras. Hace como mil siglos que no duermo en condiciones.
Aplico un poco de maquillaje sobre ellas y algo de rímel en los ojos. Recojo todo mi equipaje y bajo las escaleras. En la puerta, mis padres me esperan, con cara de arrepentimiento, pero también alivio. Por librarse de la carga que es tener una hija como yo, supongo.
Entro en el coche. Huele a cuero y al perfume caro de mamá que papá le compra en todos sus cumpleaños. Por joder y no por otra razón (para qué mentir), cuando el coche se pone en marcha y llevamos cinco minutos de trayecto, enciendo un cigarrillo, acaparando con el humo todo lo que quedaba del hedor del perfume de Coco Chanel de mamá.
- Gianna... ¿era necesario? -dice tosiendo exageradamente.
Me limito a inhalar y exhalar el humo a través de la ventanilla del coche, dejando atrás todo lo que me rodea, para irme a un puto internado de mierda en el que no quiero pasar el próximo año.
Me pongo los auriculares y escucho Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd.
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Sé que es corto, pero voy a empezar a actualizar más seguido jejejeje.Este mes hace 1 año de ¿Amor? ¿Eso se come?, ¿por qué no celebrarlo con capítulos de una nueva novela ya que no sé como seguir esa?
En fin, la de la multimedia es Gianna Ettore.
Os quiero,
Anabel, xx
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Good Vibes ©
Novela JuvenilGianna Ettore, 16. Hija de grandes empresarios italianos, Gianna siempre ha sido una chica que ha disfrutado de todas las comodidades que haya podido tener una adolescente de su edad. Pero, ¿sabéis qué? Todo tiene un límite. La primogénita de los E...