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31 Diciembre 20XX - 07:39 a.m.

Mark abrió los ojos pesadamente porque tuvo una pesadilla. En su sueño él estaba solo en un cuarto blanco que cada vez se hacía más y más pequeño hasta que las paredes lo aplastaban y moría.

Miró la hora en su teléfono y escuchó a sus padres discutir en el pasillo.



—¡Sabes que ya me tienes harta!


—¡Bien, entonces vete! ¡Yo tampoco quiero seguir viéndote!


—¡Por dios, eres tan desagradable!


—¡Eso no dijiste cuando te casaste conmigo!


—¡Incluso conocerte ha sido el peor error que he cometido en mi vida!


—Estás siendo muy atrevida hoy, ¿De dónde sacaste esa valentía, maldita zorra?


—¡No me toques, suéltame!




Mark se colocó sus auriculares y puso sus canciones en aleatorio mientras revisaba sus mensajes. ¿Jaemin ya estará despierto? Aunque lo estuviese no escucharía a sus padres discutir, ellos siempre lo hacen alejados de su habitación porque les preocupa que Jaemin tuviese algún efecto negativo en su vida cotidiana por su culpa.


No con Mark, él ya era lo suficientemente mayor para poder escucharlos maldecirse hasta la muerte, claro.


Mark sólo era un año mayor que Jaemin.


Hace dos años su madre se enteró de que su papá tenía un amante, que ¿Por qué ella no lo había dejado entonces? Oh, cierto. ¿Quién la mantendría entonces?


Recibió una llamada, era su novio. Mark se levantó para ponerle seguro a la puerta y contestó.



—No creí que fueses a estar despierto a esta hora. ¿Te caíste de la cama? —dijo él en tono burlezco. 




—Tuve una pesadilla —contestó Mark. Pudo saber que el chico cambió su expresión a una preocupada incluso sin mirarlo.


—Oh, lo siento hyung. Yo no tenía idea y-


—Tranquilo Haechan, ya sabes que estoy bien. ¿Cómo amaneciste?  ¿Dormiste bien?



Haechan tardó unos segundos en contestar.




—Sí, dormí bien —Mentía, Mark lo supo al instante—. ¿Sabes? Creo que ya decidí cuándo le diré a mis padres de nosotros.


—¿Ah, sí? ¿Cuándo?


—Hoy, justo antes de desayunar.



Mark enmudeció. 




—¿Estás seguro?  —dijo cauteloso. Haechan había comenzado a respirar pesadamente y Mark estaba preocupado.


—S-Sí —escuchó a Haechan tragar saliva—. Bueno sólo estoy nervioso pero, ¿Qué es lo peor que podría pasar?


—Me gustaría estar ahí contigo justo ahora —se llevó una mano al pecho y se imaginó a Haechan frente a él. Le sonrió a esa ilusión y suspiró.


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