La leyenda del príncipe Aizon

Capitulo 4 El Conquistador del Norte, una Azula Alegre y nuevas ordenes

Después de la victoria, les tomó un tiempo reafirmar la ley y el orden en el polo norte. A pesar de su aplastante derrota, los actos esporádicos de resistencia de los Maestros Agua continuaron ocurriendo durante los días posteriores. Aizon había esperado que los ataques se detuvieran por sí solos, pero después de demasiados intentos de asesinato, ya había tenido suficiente. Lo único que estos salvajes de la nieve entendían era la violencia, y él estaba más que feliz de complacerlos. Aizon declaró que por cada soldado de la Nación del Fuego atacado, tres veces ese número de Maestros Agua serían ejecutados. Ciento treinta y dos Maestros Agua fueron ejecutados solo al día siguiente. Los ataques se detuvieron rápidamente después de eso.

Como medida adicional, Aizon ordenó la ejecución del jefe y su familia. 

????: Pero el príncipe Aizon, - objetaron algunos de los asesores civiles que habían sido enviados para supervisar la transferencia al gobierno colonial. 

Asesor: Sin un testaferro de confianza que sirva como nuestro vocero, la población local puede volverse rebelde. 

Aizon había devuelto la mirada a los asesores y se sorprendió al ver que no podían mirarlo a los ojos. Parecía que se estaba ganando un poco de reputación por su crueldad.

Principe Aizon: En caso de que no te hayas dado cuenta, los Maestros Agua ya son rebeldes. Es solo por las duras represalias que he instituido que incluso es seguro para ti estar aquí. 

Todavía parecían escépticos, por lo que Aizon cambió de táctica, intentando un tono más conciliador para convencerlos.

Principe Aizon: Escuchen, no tenemos otra opción. Sé que es duro, y tal vez incluso cruel. Pero mientras permitamos que los viejos monarcas vivan , el pueblo seguirá rebelándose. - 

Tras ello golpeó la mesa con el puño. 

Principe Aizon: Por ello debemos poner fin a su línea, y aplastar cualquier esperanza de que el avatar algún día pueda restaurar su independencia. Solo entonces se hundirá realmente en que los días de la Tribu Agua del Norte ya no existen. Solo entonces finalmente comenzarán a aceptar su lugar en la Nación del Fuego. -  Su discurso apasionado los había cautivado,

Y así, el jefe de la Tribu Agua, su esposa y su hija fueron llevados al centro de la ciudad para ser ejecutados públicamente. Fueron desafiantes hasta el amargo final, y cuando se les preguntó si tenían alguna última palabra, el jefe había maldecido el nombre de Aizon. 

jefe Arnook: ¡Maldito seas, Aizon! ¡No te saldrás con la tuya! Un día pagarás por tus crímenes. ¡Y cuando llegue ese día, el avatar nos vengará!

Un destello de fuego más tarde, y se acabó. Y cuando los guardias imperiales sacaron a Aizon de la escena cuando los sonidos de un motín comenzaron a desatarse, Aizon miró hacia atrás a la pila de cenizas y susurró

Principe Aizon: No serás el último en decirlo, jefe, ni siquiera cerca ... 

Al día siguiente, cuando abordó su barcaza real para navegar de regreso a la capital, lo detuvieron cuando un mensajero militar resoplando se le acercó. 

Mensajero: ¡Príncipe Aizon! ¡Un mensaje para ti del Señor del Fuego! 

Aizon levantó una ceja ante eso, pero tomó el mensaje de todos modos y se lo guardó en el bolsillo. Tan pronto como echaron el ancla y se pusieron en camino, Aizon se dirigió a sus habitaciones para poder leer el mensaje en privado. No había esperado un mensaje del Señor del Fuego, y no presagiaba nada bueno que el Señor del Fuego hubiera sentido que algo era lo suficientemente urgente como para que no pudiera esperar hasta que estuviera programado para regresar en dos meses.