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Kim

Llegamos a mi casa unos minutos antes de medianoche.

Ambos bajamos del coche, Sun Oh me acompaña hasta la puerta principal. Se queda en la entrada.

-No voy a entrar -me dice, metiéndose las manos en los bolsillos.

-¿Por qué no? ¿Eres un vampiro? ¿Necesitas que te dé permiso?

-Me parece que no debería hacerlo -me contesta sonriendo.

Me acerco a él, lo abrazo y le doy un beso en la barbilla.

-¿Por qué? ¿Estás cansado? Podemos ir a dormir si quieres.

No quiero que se marche. Nunca antes había dormido tan bien como con él.

Sun Oh coloca los brazos alrededor de mis hombros y me aprieta contra su
pecho.

-No puedo -contesta- Es por varios motivos. Mi madre me hará un
montón de preguntas sobre dónde he pasado la noche. Cuando te vine a recojer oí cómo le prometías a tu tía que me marcharía antes de medianoche. Y he pasado todo el día pensando en qué llevas debajo de ese vestido.

Entonces pone las manos en mi rostro y me mira fijamente la boca.

Deja caer los párpados y añade entre susurros:
-Por no mencionar esos labios… No tienes ni idea de lo difícil que ha sido
escucharte hablar cuando solo podía pensar en lo suaves que son. En qué sabor tienen. En lo bien que encajan entre los míos -Me besa con delicadeza y se aparta justo cuando empiezo a derretirme- Y este vestido… -prosigue,
recorriendo con la mano mi espalda y deslizándola suavemente por mi cadera y mi muslo. Me estremezco con el roce de las yemas de sus dedos- Este vestido
es el motivo principal por el que no voy a entrar en tu casa.

En cuanto noto la sensación que provoca Sun Oh en mi cuerpo, me parece bien su decisión de marcharse.

Con lo mucho que me gusta estar con él y besarlo, sé que no podría contenerme.

Suspiro, pero es como si estuviera refunfuñando. Estoy muy de acuerdo con su decisión, pero mi cuerpo sigue muy cabreado porque no estoy suplicándole que se quede.

Por raro que parezca, haber pasado la mayoría de los días con Sun Oh ha
aumentado las ganas de estar constantemente junto a él.

-¿Es esto normal? -le pregunto, mirándolo a los ojos. Nunca antes los he visto llenos de tanto deseo.

Sé por qué se marcha, ya que es evidente que él también quiere tener esa primera vez.

-¿El qué?

Aprieto la cabeza contra su pecho para no tener que mirarlo mientras hablo.

A veces digo cosas embarazosas, pero, de todas formas, tengo que decirlas.

-¿Es normal lo que sentimos el uno por el otro? Nos conocimos hace poco, y nos hemos pasado la mayor parte del tiempo evitándonos. Pero, no sé, contigo ocurre algo especial. Me imagino que las nuevas parejas se pasan los primeros meses intentando crear una conexión -Levanto la cabeza y lo miro- Me da la sensación de que nosotros conectamos en el mismo instante en que nos conocimos. Todo sucede con mucha naturalidad. Es como si ya estuviésemos en ese punto, y ahora intentásemos ir hacia atrás. Como si tratásemos de volver a conocernos muy lentamente. ¿Te parece muy raro lo que estoy diciendo?

Sun Oh me retira el pelo de la cara y me mira de un modo muy distinto.

La lujuria y el deseo han sido reemplazados por una angustia que me hunde el corazón.

-Sea lo que sea, no quiero analizarlo. Y tampoco quiero que tú lo hagas, ¿de
acuerdo? Simplemente agradezcamos que por fin te haya encontrado.

Me echo a reír por esa última frase.

-Lo dices como si hubieses estado buscándome.

Él frunce el entrecejo, pone las manos en ambos lados de mi cabeza y me la
levanta para que lo mire.

-Me he pasado toda la vida buscándote -responde con un tono serio y enérgico, y acto seguido une nuestras bocas.

Este beso es más fuerte y apasionado que los que me ha dado en la semana.

Estoy a punto de tirar de él para que entre en casa, pero se aparta en cuanto pongo las manos sobre su cabeza.

-Te vivo -dice, y baja a regañadientes la escalera- Te veo el lunes.

-Yo también te vivo.

No le pregunto por qué no nos veremos mañana, porque creo que nos vendrá
bien tomarnos un poco de tiempo para asimilar todo.

A mi tía también le vendrá bien, porque últimamente estoy saliendo mucho y eso le está poniendo de los nervios.

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Bésame, hasta que mis labios tengan tu nombre.

Love alarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora