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La verdad del miedo

<Mi nombre es Lydia Martin, vivo en Beacon Hills, soy una Banshee, mi mejor amiga es... era Allison Argent, ahora me encuentro frente a su tumba>

Era la segunda vez después de su muerte que visitaba la tumba.

Era doloroso, pero era lo único en lo que estaba segura de estar enfocada. No solía dormir por las noches y le costaba concentrarse en el día. Pasaba horas pensando en lo que Allison había alucinado durante un tiempo ante la previa llegada del Nogitsune. Eran solo vagas alucinaciones. No creía que terminaría siendo real.

Allison soñaba con Kate y con la muerte.

La muerte se las había tragado a ambas.

Estaba sentada, con la mirada perdida, escuchando las voces. Llenas de dolor, ira y remordimiento. Buscaba la suave voz de Allison pero su mente se encontraba entre un tsunami de gritos y un mar de almas condenadas.

-Tanto miedo y dolor, y te encuentras con ellas- susurro con las voz rota.

Con solo pensar lo que la verdad de el miedo provocaba era sofocante.

El miedo mataba, sucumbía y paralizaba tu cuerpo. Tomaba cada parte de tus articulacións y las retorcía hasta convertirlas en hielo.
Se apoderaba de tu mente y creaba un mundo diferente al que vivías y terminaba por hacerte creer irrealidades...

Le dio un escalofrío por el cuerpo y inmediatamente se levanto del suelo. Dejo las flores que trajo y volvió a susurrar -Libérate de aquello que te apreciona.-

Sintió algo suave en los hombros. Eran las manos de Stiles. Se giro y le sonrio -Creo que ya es libre, Lydia-