Era una noche tormentosa, los sonidos de las gotas de lluvia resonando en las piedras que hacían de camino eran inconfundibles, todo eso acompañado de rápidas pisadas y gritos que daban la idea del escenario.
Era aparentemente un humano corriendo de tres personas en armadura, ¿la razón?, en donde habitaba había una fuerte discriminación hacia semi-humanos que superaran el rango común... la razón de esta discriminación ya es olvidada, pero aun la siguen haciendo... entonces se preguntaran, ¿Por qué lo persiguen si el es un humano?, pues porque estaba en contra de la discriminación, obviamente no les agrado eso y termino siendo perseguido... no era fuerte, ni astuto, era un humano común en un mundo de magia, ¿bastante peligroso verdad?.
En fin, este humano termino en un camino sin salida, siendo rodeado por sus tres perseguidores, odiaba ser débil, pero no había nada que hacer respecto a eso, estaban a punto de cortar su cabeza cuando su vista se redujo casi por completo, aunque igualmente no entendía mucho de lo que veía...
Despertó en su... no se podría llamar hogar, mas bien refugio, era una cabaña de madera en medio de la nada que se estaba cayendo a pedazos, se preguntaba como había llegado allí, aunque la textura astillosa del heno que hacia de cama molestaba lo suficiente como para hacer perder el tren del pensamiento, además de eso, una tabla de madera callo junto a el, haciendo que se sobresalte dando un chillido agudo como si de un perro chihuahua se tratase, viendo su situación pensó como termino así, después lo recordó, las reglas por las que se guiaba este mundo: el estatus.
El estatus social definía todo, tu casa, tu empleo, tu reputación, tus "amigos", etc.
Este estatus se definía por dos cosas, tu posición en "la pirámide social" y tu fuerza, el... no tenia fuerza y estaba al fondo de la pirámide, considerado escoria para la sociedad e incluso su propia familia... bueno, excepto para uno, su abuelo, que murió en una de las muchas guerrillas que se hacían, cuando eso paso a esta persona, siendo un niño, lo exiliaron de la ciudad a los 5 años de edad.
Actualmente vive en un bosque, en una cabaña abandonada comiendo frutos silvestres y cultivando, apenas puede ocultarse de los monstruos y varias veces tuvo que correr para sobrevivir... ahora, tenia la pierna severamente lastimada producto del escape de anoche, que ocurrió en uno de sus pocos viajes al pueblo cercano y por eso ahora no podía moverse.
Después de unos minutos de quedarse allí sin hacer nada, escucho unos pasos fuera de la cabaña en conjunto con un aura que lo aterrorizaba, "es un monstruo", pensó esta persona empezando a hiperventilarse producto del aura del mismo, se dirigía a la entrada lentamente, amenazante, a pesar de que no podía verlo era obvio que era peligroso, toda la experiencia que gano viviendo en el bosque lo confirmaba. Su aura era tan poderosa que se estaba mareando...
Se escucho el sonido de la puerta siendo abierta, no tuvo mas opción que cerrar los ojos y esperar sin esperanza alguna su muerte. ¿Iba a morir así?, se sentía impotente. No sabia quien lo había salvado pero había desperdiciado su tiempo en el.
...Aunque
Esa "muerte" que esperaba nunca llego, en su lugar esa aura se quedo en frente de el.Un silencio sepulcral se formo en el lugar. No se atrevía a abrir sus ojos ni mucho menos moverse, así que solo se quedo allí, como si esperara una especie de milagro que lo sacara de aquella situación. Fue sacado de sus casillas al escuchar una voz aguda que sonaba bastante molesta; - Oye, ¿vas a quedarte allí todo el día?, ¿o vas a querer que te levante a patadas?- el, atemorizado por eso, abrió sus ojos. Se sorprendió bastante por lo que vio; Aparentemente era una niña, cabello negro como la noche y ojos rojo sangre que parecían ver directamente a su alma. Lo que no le sorprendió mas fue eso, fue que tenia dos cuernos en la frente, una cola igualmente oscura que su cabello y dos grandes alas del mismo color. Según relatos antiguos, esas eran características de una de las criaturas de leyenda, los Dragones. Estaba atónito... pero había una cosa que lo intrigaba; Según las leyendas antiguas, los dragones tenían ojos amarillos resplandecientes, independientemente de sus variaciones. Entonces, ¿Cómo esta niña tenia ojos rojos?, era algo que no sabia responder, pero nuevamente, perdió el tren del pensamiento debido a la voz de la niña -Si no respondes en 5 segundos voy a romperte la otra pierna.- decía de manera amenazante. Aquel hombre, bastante asustado por aquella declaración, responde sin poder ocultar su nerviosismo ni su temor -L-lo siento! pero no p-puedo levantarme porque mi pierna esta lastimada...- no podía decir otra palabra, su mente no podía procesar bien aquella situación, simplemente.
Aquella niña suspira después de escuchar la respuesta, molesta, ciertamente.-¿En verdad no puedes ser mas inútil? - estas no serian palabras nuevas para el hombre, pero aun así seguía doliendo (figuradamente), solo agachando su cabeza sin decir nada.
Para su sorpresa, luego de unos segundos, un brillo empezó a cubrir su pierna adolorida, que después de unos instantes, dejo de doler. "¿Magia?", pensó el hombre, quizás si era un dragón después de todo, solo que los relatos debían haberse equivocado... Aun así, no decía nada, ni una palabra salía de su boca, afortunadamente aquella niña hablo primero denuevo, -¿que esperas? ¿una invitación?, no hay tiempo que perder.- diría para luego empezar a retirarse del lugar, dejando al hombre en confusión, levantándose rápidamente tras su aviso. -¡E-Espera!, ¿ir a donde?- la niña se daría vuelta, viendo al hombre unos segundos para luego hablar tranquilamente -¿a donde mas?, al reino... a MI reino-.
(1/10aprox.)
(perdón que sea tan corto)