Preámbulo

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Había esa gente a la que podía llamarse magnética, que atraían de forma natural e ineludible la mirada de los demás y llamaban a acercarse y conocer más de ellas. Ansel era una de esas personas. Como girasoles al sol, todos rotaban a su alrededor inexplicablemente.

Y solo esas personas que no caían, esas que se resistían, notaban el efecto que producían. Noé era de esas, de las que observaban y odiaban esa atracción.

Noé lo había notado desde el primer instante que lo había visto, y también lo había aborrecido desde ese mismo instante. A él lo que le constaban sonrisas fingidas y mentiras amables conseguir, Ansel parecía lograr con su simple existencia. Lo odió, claro que lo odió. 

Cliché (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora