Capítulo I

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Once años atrás

El verano comenzaba a llegar a Nueva Jersey, sonreí cortamente pensando en eso. Ese sería mi último verano en la ciudad, al menos por un tiempo. A través de la ventana de mi auto podía observar a los estudiantes preparándose para ingresar a más un día en la escuela, podía sentirse la emoción en el aire de los del último año.

Tomé mi mochila que descansaba en el asiento del copiloto, di una rápida mirada al estacionamiento de la escuela logrando encontrar a Kenz junto a Edward en una de las bancas frente a la entrada. Abrí la puerta y rápidamente salí del auto, cerrando la puerta tras de mi, activé el seguro apretando el botón del pequeño control que luego guardé dentro del bolso; arreglé mi cabello tras mis hombros y forcé una sonrisa en mi rostro antes de acercarme a la pareja.

- Pero si es la joven promesa de Nueva Jersey ¿Ya aprendiste alguna nueva disciplina que quieras presumir a tus amigos mortales? Escuché que los pilates son el nuevo yoga.- Reí genuinamente ante la broma que Edward dirigió hacia mí y moví mi cabeza negando entre risas.

- Aunque me encantaría ser eso que dices, lo único que aprendí el fin de semana es que no debo mezclar tres tipos del alcohol.- Dejé caer la mochila sobre sus piernas para luego acercarme hasta la morena para dejar un beso ruidoso en su mejilla.- Nadie se ve tan hermosa en su uniforme de porrista como tú.- Ella sonrió rodando los ojos ante mi alago.

- Como si no hubieras sido tú quien eligió el diseño, yo solo tengo la suerte de tener el cuerpo de ensueño.- Movió su cabello exageradamente para darle el toque final a su tono engreído, reí pues era cierto, había sido yo quién cambió el diseño del uniforme en lo que me escogieron capitana. Decir que el anterior era anticuado, poco confortable y muy estereotipado ni era necesario.

- ¿Dónde dejaste a Jared? Nunca se aleja de ti, creo que es la primera vez que no vienen juntos en meses.- Desvié la atención al escuchar la pregunta de Edward, cada palabra que decíahacía doler un poco mi corazón, no era algo que quería responder pero últimamente parecía obvio para todos que mi relación con Jared se estaba yendo por un peñasco.

- Tuvimos una discusión tonta, ya saben, ambos estábamos ebrios y no sabíamos lo que decíamos.- Me encogí de hombros para restarle importancia, el chico quedó convencido pero la morena a su lado no lo estaba; ella me miró con una pequeña mueca pero no dijo nada, no lo haría ya que Edward y Jared son de aquellos mejores amigos de los que se cuentan todo.

- Ahora que recuerdo, tenemos reunión con el Consejo Estudiantil para definir algunos detalles sobre el baile.- Agradecí infinitamente su rápida excusa aunque no era del todo mentira puesto que si teníamos esa reunión solo que en poco menos de una hora.

- Nos vemos en almuerzo entonces.- Respondió Edward luego de darle un corto beso a su novia y entregarme mi mochila que colgué sobre mi hombro, me guiñó un ojo en despedida y empezó a andar hacia el interior del instituto.

Mackenzie y yo unimos nuestras manos para entrar juntas, una pequeña tradición que manteníamos desde pequeñas. Algunos compañeros nos saludaban a lo que respondíamos rápidamente con un gesto de nuestra mano libre o una sonrisa, porque sí, conocíamos a casi toda la población estudiantil; era parte de nuestra obligación hacerlo, la mejor forma de ayudarlos era sabiendo quiénes eran.

La infraestructura de la preparatoria era bastante grande por lo que tardamos un par de minutos antes de llegar a las áreas verdes, la cancha de fútbol americano nos recibió tan grande e imponente como siempre y eso me abrumó. Gran parte de mi vida transcurría ahí, las prácticas de porrismo, los partidos y cómo no, acompañar a mí novio en sus entrenamientos.

- ¿Qué sucedió?.- Preguntó impaciente una vez estuvimos sentadas sobre las gradas, un ligero puchero involuntario se formó en mis labios al ver sus ojos marrones tan vivaces como siempre.

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