Ojos verdes (camren g!p)

Capitulo 4

Que ingenuidad, que engaño...
Y que maravillosa esperanza.

-Los fantasmas del invierno (2009)

6años después....

La ojiverde extrañaba a su familia, llevaba años en aquel lugar, entrenando casi a diario con la vampiros, ya era toda una experta en escalar arboles y otras cosas mas que le había enseñado su amiga, pero eso no llenaba el vacío de estar lejos de su mejor amigo, el la visitaba una vez al mes pero para ellos no era suficiente.

Aquel día se encontraba la licántropo intentando recolectar libélulas, ya que le recordaban a una historia que le contaba su abuela, y porque eran muy bonitas, en este tiempo confinada a vivir con sus tíos había aprendido que la mas mínima actividad era divertido en este lugar, allí todo era aburrido hasta que ella se impregnaba en el  bosque a recolectar libélulas.

Aun recordada el día que su mejor amigo le dijo que la vampiro había sido la de la idea de llevarla a ese sitio para entrenar, paso meses sin hablarle pero decidió perdonarla cuando la vampiro la salvo de morir ahogada en una torrente cuando estaba intentando huir de allí, desde entonces se habían vuelto cercanas nuevamente, es que había una fuerza que las atraía sin ellas notarlo.

—¿Que tanto piensas lern?— le dijo la vampiro llegando a su lado.

—En que pronto sera mi cumpleaños— mintió esta vez y la vampiro lo supo pero se guardo sus palabras para darle su espacio, en cambio le sonrió.

—Si lern pronto tendrás 12 años, ¿que quieres de regalo?— pregunto la castaña siguiéndole el hilo de la conversación.

—Quiero que mis padres estén conmigo al menos en un cumpleaños. — dijo con tristeza la ojiverde.

—Lern, sabes que tus padres siempre estan ocupados por la manada.

—¡Mentira poco les importo, nunca estan para mi!— grito enojada la ojiverde y se vio un destello negro en sus ojos, la vampiro se daba cuenta que cada día era mas notable esa oscuridad en sus ojos.

—Tranquila lern, debes tener dominio sobre tus emociones.

— Pues no puedo, no soy un estúpido vampiro — dijo y luego abrió los ojos como platos al darse cuenta de sus palabra, mirando a la vampiro que la veía con un expresión indescifrable.

—Seremos estúpidos, pero no unos tontos temperamentales como ustedes los licántropos — dijo duramente la vampiro, y eso le dolió a la ojiverde, sentía que avergonzaba a su especie, ella quería ser normal una humana ordinaria pero no clasificaba como una y mas cuándo ella en particular no era del todo común debido a su condición, siendo ella intersexual.

—Quiero hacer pipí — dijo la ojiverde, dejando confundida a la vampiro por el cambio drástico de la conversación.

— Vamos a la casa entonces.

—¡No, no aguanto! — dijo desesperada la ojiverde.

—Pues ve detrás de aquel árbol — dijo la vampiro señalando hacia el lugar, y la ojiverde la miro no muy convencida.— ¿Que?.

— No quiero que mires — dijo la jovencita y la vampiro entendió que ya su niña estaba creciendo, un tiempo atrás esas cosas no le importaban, miro sutilmente la entrepierna de la ojiverde y pudo ver un pequeño bulto allí debido a estar aguantando la ganas de orinar, la menor notó la mirada de la vampiro en su miembro y se tapó avergonzada.

—Esta bien lern, yo no voy a mirar— dijo divertida por la situación la vampiro.

—¡Bien!.

La ojiverde salio disparada detrás de un árbol, y saco su pene con cuidado y mirando a los lados asegurándose que nadie la vea,  para luego cerrar sus ojos y  comenzar a hacer pipí, la vampiro podía escucharla el chorro caer y no podía ser mas divertido para ella e incómodo para la menor al escuchar su risita, salio detrás del árbol algo sonrojada.

—Ya estoy lista.—dijo la ojiverde y la mayor sonrió.

—¿Que te parece si vamos un rato a caminar al claro?.

—No quiero, vamos a la laguna mejor, mi tío me dio el día libre y quisiera hacer algo divertido — Dijo la ojiverde y la castaña asintió, tomo a la menor y la monto en su  espalda en un rápido movimiento, saliendo de allí a la laguna.

Al llegar vieron que estaba desolada, la ojiverde se bajo de la espalda de la vampiro a observar el lugar, solo a ellas se le había ocurrido ir ese día, todo estaba hermoso, había un rayo de sol que se colaba entre los arboles, cayendo directo en la laguna justo al medio, era una vista espectacular.

—¡Vamos lern!— la vampiro ya se había quitado su ropa quedando, en ropa interior negra y corría hacia el agua y la ojiverde no queriendo quedarse atrás se quito su camiseta y pantalones, quedando en sus bóxer azul celeste, corrió detrás de ella.

Nado hasta llegar a donde estaba la vampiro y se quedo mirando a su hermosa amiga, la cual estaba justo debajo del rayo de sol y parecía un ángel, aunque los vampiros no podían ser ángeles, ella ya conocía uno y no era nada parecido a su castaña amiga, ella era mucho más hermosa no había ninguna mujer que igualará su belleza tan cautivadora.

—¿Por que me miras así? — dijo la vampiro y la ojiverde negó con su cabeza intentando salir de ensoñación.

—Eres muy hermosa camz.

— Lo se— dijo con suficiencia la vampiro y la ojiverde le sonrió.

—Pensé que los vampiros los quemaba el sol, pero a ti nunca te importo aquello.

—Soy una vampiro diurno, fui digamos que bendecida por un nefilim hace ya muchos milenios — dijo la vampiro.

— Y dinah?— quiso saber la ojiverde al también verla caminando bajo el sol sin ningún problema.

—Ella tiene un anillo solar, hechizado por una bruja.

—¿Que es un nefilim?.

— Es el hijo de un ángel— dijo la vampiro no queriendo continuar con el tema, era demasiado doloroso para ella recordar.

—¡Sorprendente! Quisiera conocer alguno.— dijo con emoción la ojiverde.

—No quedan muchos, tampoco son tan buenos, son arrogantes y egocéntricos.

—Oh... Bueno,¿ y ese nefilim y tu eran amigos?— quiso saber la ojiverde, la vampiro se acerco a ella.

— El era mi mejor amigo, y me dio de su sangre para salvar mi vida, pero ya no quiero hablar de eso lern.

—Yo también te daría de mi sangre para salvar tu vida — dijo decidida la ojiverde y la castaña sonrió y le beso su frente.

—Eres muy dulce lern, te quiero.

— Yo también te quiero camz — la abrazo y la vampiro se dejo querer, algo estaba surgiendo en ellas y la castaña le estaba gustando.