Capítulo 8🌊

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*Pov Namjoon*

No tengo idea de cuanto tardé en llegar al campamento, pero al menos sé que no fue mucho.
Cuando llegué pude ver la fogata ya prendida y ellos estaban sacando cosas para cenar. Por la hora el aire se sentía algo fresco, así que esperaba encontrar una comida caliente.

- Miren quien apareció por fin, el señor enamorado. - sonrió Jungkook al verme.

- Calla, no lo estoy. - desvié la mirada.

- Sí, tu cara no dice lo mismo. - rieron, ya decía yo que mis mejillas no estaban tan calientes hace unos segundos.

- Bueno... Supongo que me gusta y ya. - me senté en nuestro acostumbrado sofá de tronco.

- ¿Supones?, ¡te vimos!, te sonrojabas cada vez que Jin te sonreía. - comentó Hobi - No te culpo, tiene una linda cara.

- ¿Perdón? - fruncí el ceño, ellos rieron. Allí supe que había dicho éso para que me delatara aún más - Ash...

- ¡Te gusta un pez, te gusta un pez! - se burlaron al unísono.

- ¿Se pueden callar?, no es un pez, es un tritón, y ni siquiera me gusta. - bufé acercando mis manos a la fogata para entrar en calor.

- Lo que digas. - sonrió incrédulo Yoongi - ¿Te dijeron a qué hora ir mañana?

- Jimin dijo que después del atardecer. - asintieron en acuerdo.

Debo admitir que fue una noche difícil de pasar, y no, no fue porque la cena me cayó pesada.
Si no que, como ya dije, el canto de Jin seguía dando vueltas en mi cabeza, repitiéndose una y otra vez sin parar. No sabía si tener miedo por lo vívido que era el sonido, o tratar de usarlo como canción de cuna.

No miento ni exagero, de verdad lo escuchaba como si él estuviera a lado mío cantando en mi oído.
Era extraño, y a la vez, una melodía tan bella.

Por hoy no puedo asegurar nada sobre si me gusta o no, por dios, lo acabo de conocer... Evidentemente sería idiota decir que Jin me gusta.
Así que, tendré que esperar a convivir un poco más con él, sólo de ésa forma podré saber qué es lo que realmente siento al estar cerca suyo.

[...]

Iniciamos el día como es costumbre, con café y algún bocadillo que encontráramos en las maletas.
Por aquí no hay mucho que hacer, a menos que estemos en el lado mágico, allí sí, las emociones no acaban.

En fin, pasamos la tarde muriendo de calor, tomando fotografías del lugar, explorando ciertos sitios que no habíamos visto antes, tocando música.
Apostamos en póker y Jungkook ganó igual que siempre, ahora le debemos 100 dólares, una chaqueta nueva y la reparación del casco de su motocicleta.

Si, en Seúl tiene la fama de ir a todos lados en su moto, no daré más detalles porque no pienso que sea importante contar sobre su vida tipo serie televisiva.

Ah, Jungkook también pintó algo hoy.
Resulta que en su maleta cargó su cuaderno de sketch, colores y acuarelas.
Tanto fue su aburrimiento, que plasmó el paisaje de verano en su hoja. Hay que admitir que tiene talento para todo.

Y ya, paremos. No dejo de hablar de Kook y sus dones.

Después de comer, sopa cortesía de que no podemos cocinar otras cosas, nos arreglamos para ir con los chicos. Hay confianza, o algo así, pero no por eso iremos como indigentes.

Me intenté prometer a mi mismo que mantendría el control frente a Jin ésta vez, porque es más que evidente que ayer no di la mejor impresión. Debo regular mis caras raras de nerviosismo si no quiero espantarlo.
Además, espero poder quedarme un rato más de nuevo, quiero hablar más con él.

Waves Of War ♡ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora