Tenía doce años el día en que te conocí, era el primer día de un nuevo ciclo escolar, estaba sentado en medio del salón, miraba con atención la puerta para ver si por ella entraba alguna cara familiar, en ese entonces era muy tímido y no quería pasar por el tener que hacer nuevos amigos.
Entraste con con una mirada nerviosa, pero con una sonrisa segura, era de esas sonrisas que inspiran tranquilidad y que te invitan a acercarse. Creo que te miré por mucho tiempo, pues me sonreíste y te acercaste al lugar vacío junto a mi.
—Hola, mi nombre es Byun BaekHyun — me dijiste con una sonrisa cuadrada en tu rostro, en ese entonces tenías el pelo un poco largo y el flequillo justo arriba de los ojos, era un corte feo, tengo que admitirlo, pero aún así lucias muy guapo, mucho más que yo, por supuesto, que por aquel entonces estaba gordito y era el presidente del club de hurones.
—Ho-hola, soy Park ChanYeol — te dije tartamudeando, tu abriste la boca para decir algo más, pero en ese instante nuestro nuevo profesor entró por la puerta. Me hiciste una seña para indicarme que luego seguíamos con la conversación.
Lo único que recuerdo de esa clase fue tu presentación, dijiste tu nombre y que te gustaba cantar y tocar el piano, quedé impresionado y mis nervios aumentaron, pues mi presentación no se acercaría a la tuya, era tan simple. Me sentí un poco apenado cuando me presenté, dije mi nombre y dejé en claro mi gusto por los animales, también recuerdo tu sonrisa cuando dije que si alguno quería unirse a mi club, eran bienvenidos. Creo que era la primera vez que me sonrojaba por una sonrisa.
Cuando la campana del descanso sonó, inmediatamente tomaste de tu mochila un pequeño recipiente con fruta y acercaste tu pupitre al mío. Nuevamente tenía vergüenza, mi almuerzo consistía del guiso de carne lleno de grasa de la cena de anoche, mientras que el tuyo era tan saludable.
—Asi que hurones, ¿Uh? Son lindos, nunca he tenido uno de verdad, pero he visto fotos y se ven tan tiernos, ¿Tu tienes uno? — asentí lentamente — ¿Algún día me lo presentarás? Debe ser taaan liiindo — tu voz sonó chillona, pero se escuchaba llena de emoción
—U-un día puedes ir a mi casa, para presentartelo
—Woah, ¿En serio? ¡Eso sería fantástico! Ahora estoy tan emocionado — asómaste tu cabecita a mi almuerzo y nuevamente me sonrojé — ¿Eso es carne? Se ve deliciosa ¿Puedo tomar un trozo? Puedes tomar de mi fea fruta, si quieres — hablabas rápido, y con esfuerzo lograba entender todo lo que decías.
Levanté con mis palillos un trozo de carne y tú abriste tu boca, en ese momento noté que tenías un pequeño lunar por encima de tus labios, los cuales se veían muy bonitos, y que un par de tus dientes se veían más grandes que los otros, puedo decir que incluso estaban un poco chuecos. Cuando la comida entró a tu boca, retiré mi mano rápidamente, para ese momento ya había perdido la cuenta de cuántas veces me había sonrojado ese día. Platicamos (o tú hablaste más bien) un poco antes de que el profesor entrara nuevamente al aula para seguir con la clase.
Mientras él explicaba las reglas del salón, tu me pasaste un papel doblado a escondidas. En este estaba una lista de cosas, debía de marcar un "sí" o un "no".
Animales sí / no
Encerré la primera opción muy fuerte con mi lápiz
Galletas de ________
Escribí "chocolate" con una caligrafía muy fea
Videojuegos sí / no
Dependía del juego, así que encerré levemente ambas opciones
Y así seguí respondiendo esa lista por diez minutos, en lugar de poner atención al profesor. Cuando terminé, te volví a pasar el papel doblado de manera brusca y te lo di en la mano con una sonrisa chueca.
Cuando volvió a sonar la campana, indicando el fin de la jornada escolar, brincaste de tu asiento para pararte junto a mi.
—¿Dónde vives? Tal vez nos podamos ir juntos ¿Qué dices? — te di mi dirección, y ambos nos sorprendimos que nuestras calles estaban juntas.
Y como tú dijiste, nos fuimos caminando juntos por primara vez. Recuerdo que mis manos temblaban, así que sujetaba con fuerza las correas de mi mochila. Tu ibas hablando de muchas cosas al mismo tiempo, y yo solo reía de tus ocurrencias. También comentaste la lista, resultó que teníamos demasiado en común, incluso me dieron escalofríos de tal coincidencia. Nunca se me había pasado el tiempo tan rápido, y cuando menos me lo esperaba, ya estábamos frente a la puerta de tu casa.
Te separaste de mi para correr a la puerta y tocar el timbre varias veces, alguien gritó desde dentro y se escucharon una pisadas, me quedé ahí parado, tu seguías hablando mientras esa persona llegaba a la puerta, tu hermano la abrió
Me presentaste a BaekBoom con una sonrisa, pues querías que tú hyung conociera a todos tus amigos. Hice una pequeña reverencia y escuché la risa de tu hermano.
—Solo tengo quince, no tienes que hacer reverencia — me dijo con su tono burlón de siempre
Le sonreí con vergüenza, antes de agitar mi mano hacia ti después de que BaekBoom te dijera que entraras, pues si te quedabas más tiempo afuera la comida comenzaría a enfriarse. Me gritaste tu "nos vemos mañana" con una gran sonrisa. Comencé a caminar hacia mi casa con una cara boba llena de felicidad.
Ese día estaba muy feliz, en mi primer día de clases logré hacer un amigo muy lindo, con el que no tenía que preocuparme por sacar tema de conversación, pues él los tenía todos. Así que al llegar a mi casa, me deje caer en el sillón con una sonrisa en mi rostro. Mi mamá me preguntó ese día cómo me había ido, y por primera vez le dije que me había ido muy bien y que tenía un nuevo amigo.
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Cuando te conocí y te amé
ФанфикCon BaekHyun postrado en la cama de un hospital, con los días contados, su esposo ChanYeol se dispone a recordarle todos los momentos por los que han pasado y como su amor ha triunfado a pesar de todo.