-Ve más rápido, Kenny. -Le apuraron desde el asiento trasero de la camioneta. Sus manos no dejaban de sudar mientras intentaba tomar el volante. Podía sentir el sudor haciéndolas resbalar, no obstante, no hacía calor. Estaba segura que estaban a unos 10 grados dentro del auto y a unos 5 afuera de él.
Ella nunca fue buena con el frío, apenas sentía una leve ventisca su cuerpo temblaba como una hoja de papel, pero en ese momento podía sentir como debajo de la delgada tela de su abrigo su cuerpo estaba a unos 37 grados. Se sentía ansiosa. Su pie libre lo confirmaba con un golpeteo suave sobre el suelo cerca del pedal del freno mientras el derecho presionaba el acelerador como le pidió su amiga.
No sabía si era el nerviosismo o ya se había vuelto loca, pero escuchaba un continuo pitido en su oído izquierdo. Era un sonido insoportable. Tuvo que levantar su mano del volante para golpearse el costado de su cara. La estaba volviendo loca, pero aun así no podía desconcentrase. No podía chocar el auto que venía manejando.
Y esa tarea parecía muy difícil en estas circunstancias. Había poca luz en la carretera y la lluvia caía torrencialmente golpeando las ventanas con tanta fuerza que parecía que fueran a reventar en cualquier momento. El parabrisas estaba un poco oxidado, hacía un sonido fastidioso cada que despejaba el vidrio. Sin embargo, ese no era el sonido que la estaba molestando.
-¿Qué mierda vamos hacer, Vinnie?-Por fin rompieron el silencio que se había alojado en el auto durante los últimos minutos- ¡¿Qué mierda vamos hacer?!- La voz de Nicola se oía completamente diferente a su habitual dulce y calmado tono. Su cabello rubio parecía activado por energía magnética al techo de la camioneta. Estaba despeinada y desarreglada. Su ropa estaba rasgada y llena de un liquido espeso rojo. Parecía como si estuviera herida y se estuviese desangrando, pero esa sangre no era suya.
El nombrado por ella alzó su cabeza la cual estaba descansando entre sus manos y la miro a través del retrovisor. Los miro a todos en ese auto, sus ojos verdes estaban cristalinos. Casi se podía ver a la lagrima rebasar el borde de su ojo, pero antes que se escapara cerro sus parpados. Él estaba en el asiento del copiloto y tenía el cinturón desabrochado, Vinnie siempre olvidaba abrocharlo a pesar de que se lo recordaran seguido.
Kendall pensó en decirlo ya que no confiaba en sus habilidades como conductora y sentía que el pánico la haría chocar el auto contra un árbol. Y aunque las palabras de advertencia quisieron salir, sus labios no emitieron ningún sonido.
-Iremos a la fiesta de Tomas y pretenderemos que nada de lo que pasó esta noche sucedió- Finalizo con voz firme, su labio tembló un poco al acabar de hablar como si la firmeza y seriedad que intentaba aparentar se le escapara.
-Parece que esta noche el mundo esta girando más rápido, ¿no lo creen? - Interrumpió Verona en la parte trasera mirando por la ventana. Inevitablemente todos la imitaron. Se inclinaron a observar el cielo por 5 segundos.
5
La sangre se escuchaba gotear sobre los asientos de cuero del auto.
4
La mano de Kendall se resbalo del volante nuevamente.
3
El sonido de la respiración débil y temblorosa de Colin llenaba el auto.
2
Todos sabían que al momento de abandonar el vehículo debían pretender que estaban bien.
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p e r d i d o s
Mystery / ThrillerEl mundo parecía muy grande: 7730 millones de habitantes. ¿Cuál era la probabilidad de conocer a esas 5 personas? Casi nula. Pero supongo que algunos tienen suerte. O no. Ellos están malditos.