Survival Witch

Capítulo 3: Asechadoras.

Capítulo 3: Asechadoras.

Diana POV.

Lentamente abría mis ojos. El panorama era muy oscuro y no lograba ver nada de nada. Poco a poco fui recordando lo que me había pasado.

Era algo descabellado. Algo que en el mundo anterior no hubiera pasado nunca.

Y suponer que una niña pequeña me noqueo.

—Hmmmp... —Intenté pronunciar alguna palabra pero me llevé una enorme sorpresa al ver que mi boca estaba amordazada.

Obviamente mi pequeña captora me tenía silenciada. Supongo que no quería que hablara o hiciera algún ruido que pudiera molestarla. Vaya lío en el que me he metido.

—Uh... —Me di cuenta que no estaba sola en la habitación. La niña esa estaba en una cama cerca de mi posición.

Se encontraba sentada. Me veía con una cara de pocos amigos. Aún tenía la palanca que uso para golpearme hasta dejarme inconsciente. Seguramente estaba dispuesta a usarla de nuevo en mi si hacía un mal movimiento.

Lo mejor sería no provocarla ya que aún me duelen los lugares en dónde recibí los golpes con esa dura barra de metal. Era injusto si me lo preguntan.

Yo lo único que quería hacer era encontrar a mi amada Akko. Esa atolondrada chica que me robó el corazón cuándo estábamos en la academia de Luna Nova.

Al principio no soportaba tales faltas de obediencia y educación por parte de ella. Pero al final me di cuenta de que no era mala persona. Si no, que era una de las personas más bondadosas del planeta.

Diría que de toda la historia pero eso ya sería exagerar.

Cerré mis ojos e intente recordarla. Dibujar su bello rostro en mi mente siempre le traía paz a todo mi ser.

—Diana...

Sonreí. Mi nombre siendo pronunciado por tan hermosa voz angelical era lo mejor que le podría pasar a alguien.

—¡Oye!

El grito repentino de la niña esa me hizo abrir mis ojos. Me llevé una sorpresa al verla alzar la palanca de hierro.

—¿Uhm?

¡PAM!

Y bajarla con mucha velocidad y fuerza sobre mi cabeza. En ese momento sentí un enorme dolor. Apreté mis dientes con demasiada fuerza. Fue tanta que la mordaza en mi boca se rompió dejándome usar nuevamente mi sentido del habla.

No era que tuviera fuerza en exceso, obviamente el pañuelo que me tapaba la boca estaba muy viejo y se rompió fácilmente.

Pero eso no venía al caso.

—¡Aaaaahhh! ¡Aaaahh! ¡Aaaahhh! —Sin algo que me lo impidiera grité por el dolor.

Ahora sentía cómo si algo se hubiera roto en mi cráneo. Sentía una especie de humedad bajando por mi frente.

Era sangre.

Esa mocosa lo había logrado. Me había herido de gravedad.

—¡Aaaahhhh! ¡AAAAHHH! —Pero lo único que podía hacer era retorcerme en el suelo por el inmenso dolor que sentía.

Y cómo si fuera una niña pequeña me puse a llorar. Supongo que era más por la frustración que por el dolor. Cómo me gustaría ser más útil. Ayudar a las personas a sobrevivir en este mundo tan apocalíptico.

Pov normal.

Se sentía como una completa inútil. Era lo más horrible. Ni siquiera sabía que iba a hacer cuando encontrara a Akko. Si cuándo se separaron quedaron en tan malos términos que no dudaba en que la podría enviar al demonio.