capítulo 21.

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(Esta historia es solo una adaptación, la autora es @AllysonDeVil)

El séptimo mes ellas hicieron el amor por primera vez.

Nada les advirtió lo que sucedería. Ni el canto de los pájaros, ni desconocidos regalando rosas. Ningún cliente demasiado extraño se hizo presente a Crown Tattoos, y mientras caminaban hacia el restaurante de sushi ningún musical idiota comenzó.

No se sentaron en la mesa del centro, y tampoco en esa que ocupaban cuando Danielle las acompañaba. En realidad, la mesa que habían escogido se encontraba entre esas del montón que no te hacen ser el centro de atención, pero tampoco permite que te ignoren por completo.

Billie estaba usando una camisa azul y holgados pantalones grises. A sus pies los cubrían un par de tenis Jordan. No había beanie, ni gafas de sol, ni una chaqueta. El color negro se había marchado. Tampoco había un aire de superioridad en su rostro.

Aun así, ______ aun veía al caballo que se escondía tras sus ojos.

-¿Sabes en que mes estamos?.--preguntó la pintora mientras alzaba las cejas y sonreía levemente al apoyar la barbilla en sus manos.

______ suspiró al ver las vendas en sus muñecas, las cuales ya estaba acostumbrada a encontrar todos los días. Se preguntaba muy seguido cuándo desaparecerían, cuándo Billie finalmente aceptaría recibir ayuda.

Esperaba también que ese día llegara pronto.

-¿Febrero?.--había confusión en su voz.

-¡Exacto!.--confirmó con alegría.--¿Sabes lo que eso significa?

-¿Que es..., febrero?

Billie rió ante esto y negó con su cabeza lentamente.

-La primera vez que nos vimos era febrero, cariño.--le recordó, y ______ casi se golpeó la frente ante algo tan obvio. Era difícil para ella ser tan detallista.--Yo me veía increíblemente sexy ese día, y tú también.

La tatuadora tenía imágenes de ese día, pero ninguna era completamente nítida en su mente. Es extraño, pero a veces olvidamos las cosas que realmente importan.

-Sigo sin entender por qué no escogiste los tatuajes de Robin y Jill.--murmuró mientras le regalaba una sonrisa que solo aparecía cuando estaban juntas.

-Ya te lo dije hace algún tiempo, amor: Tus tatuajes eran los únicos que tenían lo que yo estaba buscando.

-Creo que también te he preguntado qué estabas buscando.

Billie elevó una de las comisuras de sus labios y la miró antes de acariciar su mejilla con su mano, la cual ______ sujetó para dejar un beso en la suave piel de sus nudillos.

-Buscaba amor.--confesó.--No quería el mejor tatuaje del mundo, y tampoco a una tatuadora de demonios. Necesitaba a alguien cuyas obras transmitieran tanto amor como el que yo sentía hacia mi abuela... Y sé de amor y de arte, cariño. Sé cómo se conectan en los trazos, pues también puedes encontrar amor en lo que yo hago. Yo necesitaba una obra lo suficientemente bonita, delicada, cariñosa y pura como para decorar mi piel.

Cuando la miró a los ojos, la típica calidez del cariño la cobijó.

-Tal vez necesitaba una tatuadora pura también.

______ habría respondido esto con una bonita frase, pero el oportuno mesero de siempre llegó con su pedido.

La Billie con quien había tenido su primera cita le habría ordenado marcharse. Esa Billie simplemente le agradeció con una falsa sonrisa.

La tatuadora de arañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora