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Una pequeña vibración logró alterar los pensamientos de un joven castaño, quien, con los ojos cerrados, llevaba largo rato recostado sobre su cama. Después de eso, su ya conocido asistente, leyó la notificación.

"Tres y cuarenta y cinco de la tarde; WhatsApp, mensaje nuevo de Roggie: Hey, vendré hoy a tu casa."

Soltó un pequeño suspiro de satisfacción y se levantó. Tanteó los diferentes lugares de su habitación de forma cuidadosa, hasta dar con lo que estaba buscando. Su mano derecha se deslizó sobre aquella cubierta de madera, admirando la calidad de esta. Su otra mano se dedicó a ubicar el banquillo, mismo que encontró después de pocos segundos.

Tomó asiento, entonces situó ambas manos al frente y las colocó sobre algunas piezas de aquel bonito piano situado en la esquina de su cuarto. Recorrió con sus dedos la superficie de aquellos blancos marfiles artificiales hasta dar con lo que consideraba, eran las primeras notas de aquella canción.

Llevaba ya una semana intentando recrearla, apenas y podía olvidar aquel ritmo. No entendía casi nada de la letra, debido a que estaba en español, pero asumía que la letra era triste, y a la vez hermosa.

Sonrió al notar que había pulsado la nota correcta. De forma pausada, con un poco de nervios, volvió a tantear las siguientes. Unas fallaban, otras acertaban, pero se deleitaba al escuchar cada uno de los sonidos que su joya preciada emitía. Volvía a intentar, una y otra vez, sonriendo al saber que cada día estaba más cerca de terminar de tocar aquella melodía.

Aquel pequeño sentimiento de satisfacción y gloria se vio interrumpido, provocado por una pulsación sorpresiva de varias notas. Esta falla se produjo cuando fuertes golpes se escucharon en la puerta, por lo que abandonó aquella esquina, y tanteando el sitio, buscó el picaporte.

Apenas lo encontró, lo giró. No escuchó nada, pero sintió que un cuerpo se abalanzaba contra él, ocasionando que el pobre cayera de espaldas, contra el frío suelo. Sobre él, una figura masculina estaba aguantando la risa que produjo su pequeña broma.

Intentó levantarse, mientras emitía leves quejas por el dolor que sentía, producto de su caída. Al mismo tiempo, soltaba maldiciones combinadas con insultos hacia la persona que lo había empujado, por lo menos hasta que escuchó su voz pidiendo disculpas por el incidente y sintió que su mano era tomada por él.

En su mente se dibujó un plan de venganza. Lo haría pagar por aquella mala broma. Como dicen por ahí: Ojo por ojo, diente por diente. Y sonriendo, tiró con fuerza del brazo de su amigo, provocando que cayera encima suyo, por lo que lo empujó después, escuchando el impacto de aquel contra el frío suelo.

Las risas no faltaron, junto a las quejas y los "me lo merecía" de aquel joven.

— Pero mierda, John, te pasaste. — dijo aquel mientras se levantaba.

Fue completamente ignorado por él, mismo que se limitó a pararse sin su ayuda y buscar el camino hacia su cama, sentándose sobre ella, esperando que Roger iniciara la conversación, como siempre lo hacía.

Pero no sucedió. El sitio se llenó de un silencio absoluto. El de cabellos rubios aún evocaba unos recuerdos que prefería olvidar, mientras su mano sostenía una pequeña rosa roja, que había recibido de alguien a quien estimaba mucho, pero jamás logró llegar a sentir nada más que amistad.

— ¿Roger? — se vio obligado a iniciar la conversación

— ¿Eh? Perdona, perdona, ¿cómo has estado, mejor amigo?

— Supongo que bien, dentro de lo posible.

— Me alegra saberlo.

— ¿Y tú? ¿Por qué suenas tan extraño? — preguntó de forma directa, arrepintiéndose al instante.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2021 ⏰

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A Kind of Magic (One Shot - Queen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora