II.

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Destrúyeme

ASHANTI

Con el corazón lo vi salir de mi aposento con su característica actitud de rey, sintiéndose triunfante por haberme dejado con la boca cerrada como tantas veces que lo ha hecho, no era la primera vez que sus comentarios dejaban una marca en mí. Tal vez no era de sentirme mal por lo que dijera sino el tener que callar las miles de malas expresiones que he querido decirle y se han acumulado en mi, tenía que respetar y agradecer que sus padres nos abrieron o le abrieron las puertas a mi madre, cuando muchos no lo hicieron y por ese simple suceso, debía respetarle y tragarme sus comentarios racistas.

¿Por qué diablos estaba tan mal en Corea y en otras partes del mundo, ser de tez oscura y extranjero? Se supone que cada país debe sentirse honrado por recibir extranjeros a sus aguas y ser un destino turístico, pero para estos parecía ser completamente diferente a lo que pensaba. Nos odiaban a muerte, a todos sin excepción. Los adultos no podían soportar ver gente de tez clara sin preguntarles sin era rusas, ¿por qué? Cosas poco decentes.

—¿A qué viaje astral estás entrando?

Choi Hyun era tan diferente a su hermano, dudaba en la probabilidad de que fueran biológicamente hermanos pero el parecido en ambos callaba todo, eran el agua y el aceite.

—No puedo lidiar con tu hermano.—me sinceré con él. Era mi mejor amigo.—¿En serio son hijos de padre y madre?

Suspiró.—Lamentablemente.

Tomó asiento a mi lado y su sola presencia en mi habitación indicaba lo que creía.

—¿Llegó?

—Sí.

Todos los días, de los doce meses del año de los últimos 2 años, hemos estado recibiendo a la querida vecina hija de padres estrictos que mantenía una obsesión poco sana con el joven de la casa, cuando decía poco sana, me refería a casos de victimizarse cuando le veía con otras chicas e ir detrás suyo a salidas que ha tenido con sus amigos.

—Está loca.—lo miré.—No importa las veces que Jaebeom le pida que lo deje en paz, ella sigue llegando y llegando sin importar lo que pase.

—¿Recuerdas el día que lo encontró teniendo sexo?—me reí.—Tuve que agarrarla con fuerza para que la muchacha esa con la que estaba él, no la tirara de las escaleras.

Empezamos a reír a carcajadas recordando, no había pasado ni un mes de ese suceso y ya estaba aquí nuevamente, buscando que los problemas con Don Juan no acabaran.

—Cuéntame, ¿qué pasó con Eithan, el de tu comunidad?

Todos los recuerdos del anterior fin de semana volvieron a mi casa y sabía que era hora de ya contarle lo que había pasado con pocos detalles, no quería exponer mi integridad.

—Fatal.—tomé las cobijas y tapé gran parte de mi cuerpo, hacía frío.—No fue agresivo, pero se le olvidó que era mi primera vez, ni siquiera lubricó bien y todo fue doloroso.

Las imágenes en mi cabeza pusieron todo como estaba, el dolor punzante en mi entrepierna, las lágrimas y el malestar de no poder mover el cuerpo. ¿Cómo se le ocurre meterla sin antes empezar usando los dedos? Había leído que para empezar adaptando el cuerpo Virgen a lo que viene, se debía primer meter lentamente los dedos cuando estuviera lubricada y luego seguir lubricando para introducirse, no meter todo en 1 minuto sin dejarme adaptar un poco a lo que estaba pasando.

—¿No te metió un dedo primero?

Negué.—Fue horrible, no volveré nunca más a estar con alguien así.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2021 ⏰

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