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"Con una sonrisa"
Ya era de día y sorprendentemente el sol no pegó en la ventana del azabache, eso lo alegro un poco. Se levantó de su cama sus ojos se clavaron en el suelo provocando que se pierda unos minutos teniendo un viaje astral. Pasaron unos cuantos minutos cuando su celular comenzó a timbrar, lo ignoro al fin y al cabo no era alguien importante.
"No quiero salir" se quejo el azabache poniéndose sus pantuflas negras, camino lentamente arrastrando los pies, llegó a su armario y saco la ropa casual. Un polo negro, pantalón negro y su abrigo: "Odio salir".
Termino de cambiarse rápidamente, agarro unos lentes oscuros y salió de su casa con las llaves en la mano. Camina por las calles de Yokohama las cuales lucían muy sombrías, esa alegría y calidez que demostraba todos los días no estaba, mejor dicho no lo acompañan a el, quien prefiere estar en la soledad, quien prefiere recibir golpes que cariño, quién prefiere sufrir que llorar. Todo es un asco.
Al seguir caminando con la cabeza gacha se dió cuenta que el suelo poco a poco se mojaba, en ese instante supo que comenzó a llover. No corrió, tampoco compro un paraguas, no simplemente camino al parque que estaba a unas pocas cuadras mientras se empapaba poco a poco. Llegó al parque, ya no había nadie afortunadamente, se sentó en una de las bancas y descanso ahí.
No esperaba que en medio de la lluvia llegará alguien, que lo cubra con un paraguas y le diga '¿Qué haces aquí?' cómo sucedía en esas novelas que veía Gin o que le contaba de sus libros, soltó una pequeña risa amarga por su tonto pensamiento, se veía ridículo y patético en ese momento.
"Tú no eres nada para mí"
Otra vez esa frase, ¿por qué en este momento a su mente se le ocurre recordarlo?. No le importaba ser alguien para él, no le interesaba que le regalé siquiera una sonrisa de orgullo, no le llamaba la atención que él siquiera lo abrazará. Nada le importaba, tal vez Akutagawa pueda engañar a su mente pero no a su pobre corazón.
"No me hables"
"Ni que quisiera hacerlo" respondió con rabia, por más que él dijera todas esas palabras quería su reconocimiento y tenía su respeto. Tan solo quiere eso para ser siquiera feliz, solo para sobrellevar bien su enfermedad por más que no tenga esperanzas de vivir. Las lágrimas caían sin que se note gracias a la lluvia, ¿si llegase morir por su enfermedad, alguien lo extrañaría? Nadie. De la nada un paraguas lo cubrió.
"Hey, tranquilo" unas suaves manos con unos aguantes negros encima le limpiaron sus lágrimas, Akutagawa ni siquiera levantó la mirada ya sabía quién era esa persona. El pelirrojo que apareció de la nada se puso de rodillas frente al azabache entregándole un pañuelo.
"¿Qué hace aquí, Nakahara-san?" Pregunto el ojigris cubriéndose los ojos con los lentes que se había quitado hace poco. El pelirrojo soltó un suspiro y chasqueó la lengua fingiendo enojo.
"¿Tú que haces aquí?, Se supo que debíamos encontrarnos" replicó al menor, el cual conecto cables y asintió aún sin mirarlo a los ojos. Nakahara saco de su abrigo unos guantes negros entregándoles al menor: "Hace frío, y tus manos están muy heladas."
"¿Cómo supo que estaba aquí?" interrogó Akutagawa poniéndose los guantes lentamente.
"Cómo no llegabas me preocupe, así que decidí buscar tu ubicación y estoy aquí" explico rápidamente, el azabache solo asintió: "Si no querías salir me hubieras avisado y lo dejábamos para otro día."
"Ya me había comprometido."
"Eso no es escusa"
"Siento haber malogrado la salida" se disculpó levantándose del asiento, dió vuelta ala derecha y empezó a caminar dejando al mayor solo. El pelirojo corrió hacia el menor y lo detuvo agarrándolo del hombro. Akutagawa volteo a verlo esperando una explicación.
"Antes de que te vayas, ¿te gustaría ir por un pastel?" Propuso Chūya haciendo que su voz se oyera un poco nerviosa. Ryunosuke lo pensó por un momento, pero al final asintió pues no tiene nada que hacer aparte no quería dejar solo al mayor. Sería muy grosero: "¡Si!...digo, andando" pidió tapando con el paraguas al menor.
No caminaron mucho ya que a solo doblar la esquina había una pastelería que estaba atendiendo, ambos jóvenes entraron al lugar, escogieron un lugar apartado del resto y una mesera se les acerco. Nakahara observó a Akutagawa esperando que el pida pero el menor negó y dijo: "No me gusta lo dulce"
"Ya veo, entonces, señorita deme este pastel y este." Pidió señalando lo que salía en la carta.
La joven asintió regalándole una sonrisa, lo cual Nakahara simplemente asintió y Akutagawa seguís con la misma cara de hace rato. Pasaron unos cuantos minutos y la señorita llegó con un pastel de chocolate que encima lleva un arándano. Después, trajo otra pastel con glaseado blanco y encima llevaba unas pocas frutas.
"Gracias señorita". La joven solo asintió y se retiró, Akutagawa observó atentamente el otro pastel, Nakahara lo noto y corto un pedazo con la cuchara para acercarlo al menor: "Prueba, te gustará" El azabache dudo pero acepto, abrió la boca lentamente y saboreó el pedazo de pastel, abrió los ojos un poco sorprendido.
"Es de higo" comento con facinacion, una pequeña sonrisa se formó en sus rosados labios, Chūya la admiro sonriendo también. Ryunosuke se dió cuenta después de un rato que el mayor no comía simplemente lo observaba alegremente: "¿Sucede algo, Nakahara-san?.
"Sabías que con una sonrisa un arcoiris es capaz de salir incluso en los días más oscuros" comentó volteando a ver la ventana, Akutagawa negó sin entender mucho.
"Pero no hay un arcoiris".
"Mira por tí mismo." Gran sorpresa se llevó Ryunosuke ya que al solo voltear vio como apareció un arcoiris, le parecía raro ya que según también tenía que salir el sol para que un arcoiris aparezca.
"Deja de pensar y solo disfruta" pidió observando al menor "¿Sabes gracias a quién salió el arcoiris?".
"La verdad es que no" contestó confundido por la pregunta.
"Fue gracias a tí, Akutagawa." Contestó regalándole una deslumbrante sonrisa.
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Chūya llega en el momento preciso, me gusta. No me gusta narrar que Aku llora ;-;
