Daddy's Special Kisses|DahMo

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"Tres" susurró.

"Más fuerte" dijo Dahyun "Quiero escuchar tu linda voz contar"

Con el siguiente golpe, levantó la voz, clara y fuerte como una campana.

Después de las cinco, su trasero se sentía rojo e inflamado, un dolor que rayaba en el placer. "Cinco", dijo, y papá la soltó.

"Buena chica" dijo, besando sus mejillas, su nariz y cada párpado. "Ven y acurrúcate" Momo se derrumbó contra ella, gimiendo levemente, reconfortándose con su aroma, la fuerte sensación de sus brazos alrededor de ella.

"Eres tan buena y valiente, nena", dijo con dulzura. "Y te tomas las nalgadas tan bien".

Dahyun acarició el contorno de su firme pecho, pellizcando el sensible pezón. "Haces los ruidos más lindos..."

Dahyun bajó el busto del vestido y tomó el pezón de Momo en su boca, moviendo su lengua contra la piedra a medida que se endurecía.

"Oh..."

"Pero aún no has ganado el juego", dijo diabólicamente. "Y papá quiere jugar un poco más. Tienes que esconderte mejor esta vez, lo sabes, ¿verdad?"

"Sí papi"

"Recuerda... tienes que encontrar un buen escondite donde me lleve mucho tiempo encontrarte. Ahora voy a cerrar los ojos. ¡Escóndete rápido!"

Salió corriendo de la habitación, su trasero todavía sensible por los azotes. Podría esconderse en un armario de la cocina, pero papá la oiría moviéndose entre las ollas y sartenes. La despensa no le quedaba. Nada en la sala de estar era adecuado, todo estaba expuesto.

Momo pasó tanto tiempo deliberando que Dahyun salió del dormitorio y la encontró parada en el medio del comedor antes de que tuviera tiempo de sentarse. Así que Dahyun la arrastró sin ceremonias de vuelta al dormitorio y la volvió a remar, disfrutando de los gritos entre cada cuenta. Ella le dio diez golpes esta vez, sobre la parte superior de sus muslos y la curva redonda de su trasero, pero Dahyun se detuvo después de los primeros cinco para provocar la piel peluda entre sus piernas.

Besó los dulces labios, haciendo que Momo temblara de placer incluso a través del dolor de su carne. El placer y el dolor pronto se mezclaron hasta que Momo-ri goteó jugo por sus muslos internos incluso cuando Dahyun terminó las últimas cinco nalgadas.

Dahyun besó su tierna carne y la envió a su camino, pero esta vez estaba decidida a no ser atrapada.

Corrió a la lavandería donde había una línea de ropa colgada para secarse. Si se paraba detrás de ella, sus piernas serían claramente visibles, pero Momo hábilmente tiró una cesta y se agachó encima de ella, envolviendo sus brazos alrededor de sus rodillas para hacerse lo más pequeña y compacta posible. Ahora no podía ver más allá de las camisas y no la encontrarían a menos que su papá
apartara la ropa.

Escuchó los cuidadosos pasos de Dahyun mientras salía del dormitorio y registraba la casa

En un momento llegó a la lavandería y revisó la lavadora y la secadora, pero no se acercó a su escondite.

Esperó, aturdida por su éxito y tratando de no hacer ruido. Contó los segundos, pero incluso después de saber que había ganado, se mantuvo oculta.

Finalmente escuchó a Dahyun llamarla. "¿Momo? ¿Bebé? Está bien, no puedo encontrarte. ¿Dónde te escondes?"

Ella soltó una risita. Al pasar por el cuarto de lavado, debió haberla escuchado porque volvió a abrir la puerta.

"¿Momo-ri?" Dijo Dahyun dubitativa, aún sin poder verla. Echó un vistazo por encima de la línea de ropa.

"¡Chica inteligente!" alabó, acercándose cuando vio sus ojos curiosos mirándola. Tomó a Momo en sus brazos y la cubrió de besos y se retorció feliz.

"Ese era un excelente escondite", dijo.

"Lo sé" asintió Momo.

Tiró de Momo hacia el sofá, donde colapsaron juntas. Dahyun trazó líneas en la parte superior del muslo, jugando con el elástico de sus bragas y pasando su mano firme por las gordas y lazos.

"¿Te estás divirtiendo, pequeña?"

"Siempre disfruto el tiempo con mi papá", dijo, acariciando su cuello

"Qué chica tan dulce y educada..." murmuró Dahyun. "Te mereces un regalo especial. Y yo sé exactamente lo que necesitas".

Momo miró hacia arriba con una expresión de adoración y esperanza