Precision, anticipación, estupor.
Cada palabra resuena en la consciencia nítida de quienes amamos u odiamos estás fiestas.Es digno festejar los días de un caído cuyo existencia no va más allá de un templo lleno de velas y flores, el incienso de la paz en lo intespetuoso.
El rojo de su sangre derramada, el verde de los tallos de la rosas cuyas espinas fueron incrustadas, el blanco, digno de un alma limpia, la que alcanzó las nubes volviéndose en ellas.
La cena es una simple representación de la llamarada ferviente, sacrificio de un animal.
Toda presentación contemporánea con nuestro presente, no es más que formas burdas socialmente adaptadas a nuestra actualidad.
El vencimiento de lo enigmático en lo aritmético.
Enlaces cósmicos, predeterminados en un día al año. Saboreando los placeres lujuriosos, moviendo nuestro sacro al ritmo de la melodía campanera, acompañados, desolados. Más nunca resguardo.
Sigue el ritmo anímico de las ráfagas furiosas del fogón donde tus ascendentes colocan la leña.
Llena los espacios vacios de un festín viajero y certero.
Cuál columpio, dejó en tu coraza la loto de una flor que el caos emerge.
Destilando pétalos en el primero.Florece, deléitate, Gama Boreal.
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Yo Divino
PoesíaEstragos de mi vida con prosa y rimas, es lo que necesito en mancillar por escritos.