Sentimientos Incomprensibles [IzukuxKyoka]

Capítulo 22

Expulsión.

Es la tercera vez que observa aquella puerta, cuestionando en que acción realizar o dejar todo en un trato indiferente. Su mente revuelve entre dudas y posibilidades, atormentando incluso en su hora de ducha, la cual recién terminó. Kyoka pasa de largo por la puerta de su hermano, intentado sacar por el momento todo el asunto de su cabeza al secarse su cabello con la toalla que tiene en manos.

La hora de desayunar es bastante seca de ánimos, el silencio es lo único que le hace compañía junto a la fría mañana. El reloj que está colgando en la pared de la sala, repite una serie de sonidos agudos y cortos repetitivamente cada vez que un segundo trascurre.

–Que amargo —el trago de café hace que su lengua lo disguste de mala manera, sintiendo un sabor que provoca un escupitajo en un intento de sacar el penetrante sabor. Agrega una cucharada de azúcar, volviendo a pensar en si despertar a su hermano, pero la idea nuevamente la quita de su mente. Sabe que se arrepentirá a último momento, pero no puede mentalizar sus palabras si está delante de él, no sabe como actuar y tampoco tiene la valentía para hacerle frente su sale el tema nuevamente.

–Es bastante temprano —todos los preparativos para ir a la academia están listos, estaba tan enfocada en que hacer que no se dio cuenta que se apuró en el primer momento para vestirse, desayunar y todo lo demás. 

Limpia la taza con restos de cafeína en su interior, secando y guardando en una de las estanterías. Camina hacia el pasillo, acercándose a la puerta de Izuku, no puede escuchar ningún ruido en su interior, aunque hace minutos atrás, creyó escuchar un tono de llamadas o algo semejante en su hora de desayuno. Levanta su mano, apretando todos su dedos en su palma, siendo un puño con la intensión de golpear la madera que da la privacidad al cuarto del joven. Retrocede, tomando velocidad para hacer el llamado que termina siendo solo oído por Kyoka. La mente de la chica resuena el sonido de su mano al aire, a centímetros de la puerta. Su valor aún no es suficiente, aunque se determino hacerlo.

Llega a la estación con un paso bastante lento, paro en algunas tiendas para intentar conectar su atención o interés solo para pasar el tiempo, y no llegar tan temprano a la academia. La banca pública donde los transeúntes esperan la llegada del vehículo que los llevará a su destino, está repleto de personas, más de lo habitual. Personas que nunca ha visto en el horario que ella tiene, son su atención en el momento de su confusión. Al llegar el tren, los asientos casi son usado por todas las personas que entran al transporte.

Kyoka observa a todos los estudiantes de grado avanzado entrar a la academia, sin problema o aparente desorientación al ser aún temprano. Incluso hay estudiantes que se sientan en la mesa de afuera, donde habitualmente se usa en la hora de almuerzo, charlar y algunos completando trabajos. Menos de media hora, y el timbre deberá sonar para dar comienzo a las clases. 

«¿Cómo algunos pueden estar tan tranquilo a esta hora? Es bastante incómodo» ella tiene su espalda recostada en uno de los costados del gran umbral de la entrada, intentado no destacar, aunque su mirada que recorre todos los lugares a su alcance, no lo hace fácil a los estudiantes que pasan. Busca algo con que extinguir el tiempo de sobra que tiene. Hasta que saca su celular, logra alejarse de los pensamientos sobre el tiempo.

Luego de unos minutos sin saber que hacer, sin auriculares en su equipaje, entra al navegador, viendo de primera el contador de pestañas. Dando un clic, ignora la búsqueda de ayer, viendo esta vez, la búsqueda que hizo de su profesor, Toshinori Yaji. 

–A ver lo que esta escrito aquí —había leído un poco antes, y entendió el porque del apodo que su maestro de dio a él. Los minutos pasan en su lectura, terminando de leer en la biografía de la página que tiene información de muchas personas, temas y demás. Insatisfecha, comenzó a leer otra más, hasta que en los párrafos finales, una voz le exclama cerca de su oído.