Soy T/N Potter, si soy la hermana del famoso Harry Potter o bueno la gemela de Harry Potter :)
cambie el nombre de la historia
los derechos de autor no me pertenecen si no a J.K excepto tn
Hagrid nos había explicado mas o menos lo que eran las casas
-Estaba tratando de averiguar como hechizar a Dudley.-Dije
-No estoy diciendo que no sea una buena idea, pero no puedes utilizar la magia en el mundo muggle, excepto en circunstancias especiales -dijo hagrid-Y, de todos modos, no podrías hacer ningún hechizo todavía, necesitan estudiar mucho antes de llegar a ese nivel.
hagrid tampoco nos dejo comprar un caldero de oro macizo (en la lista decía de peltre), pero conseguimos una bonita balanza para pesar los ingredientes de las pociones y un telescopio plegable de laton. Luego visitamos la droguería, tan fascinante como para hacer olvidar el horrible hedor, una mezcla de huevos pasados y repollo podrido. En el suelo había barriles llenos de una sustancia viscosa y botes con hierbas. raíces secas y polvos brillantes llenaban las paredes, y manojos de plumas e hileras de colmillos y garras colgaban del techo.
Fuera de la drogueria, Hagrid echo otro vistazo a la lista
-Solo falta la varita... Ah si, y todavía no les he buscado un regalo de cumpleaños. -dijo hagrid
-no tienes que...
-se que no tengo. Les diré lo que haremos, les comprare un animal. No un sapo, los sapos pasaron de moda hace años, se burlarian... y no me gustan los gatos, me hacen estornudar. Voy a regalarles un búho. Todos los chicos quieren tener una lechuza. Son muy útiles, llevan tu correspondencia y todo los demás.
veinte minutos mas tarde, salieron del Emporio del Búho, que era oscuro y estaba llena de ojos brillantes, susurros aleteos. Harry llevaba una gran jaula con una hermosa lechuza, blanca medio dormida, con la cabeza debajo de un ala, y la de tn era azul con blanco, unos ojos que envidian, verdes,
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Alaska, un nombre muy peculiar por así decirlo
Harry y tn no dejaron de agradecer el regalo, tartamudeando como el profesor quirrell.
-no es nada -dijo el semi-gigante con esperanza- No creo que los Dursley les hayan dado muchos regalos. Ahora nos queda sola mente ollivanders, el único lugar donde venden caritas y tendrán las mejores.
Una varita magica... Eso era lo qué ríanlos gemelos Potter habían esperado.
La ultima tienda era estrecha y tenia mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía
«ollivanders: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a. C.» En el polvoriento escaparate, sobre un cojín desteñido color purpura, se veía una única varita.
