capítulo doce

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─¡Beomie, es hora! ─exclamó el mayor

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─¡Beomie, es hora! ─exclamó el mayor.

Después de una semana, el par de amigos reconciliados se habían puesto de acuerdo para pasar un día juntos. Planearon ir a un parque acuático al inicio para terminar aquel sábado según como el tiempo y sus piernas se los pidieran.

El castaño estaba guardando su cambio de ropa en la mochila negra que llevaría al parque y su toalla con la cual se secaría. Mientras tanto, Yeonjun preparaba bocadillos para llevar y comerlos juntos.

Sería un día divertido para ambos, pero cada uno a su manera.

─¡Listo, Yeonjun hyung! ¡Ya bajo!

El castañito tomó su mochila y la de su hyung, y salió corriendo de su habitación hacia la primera planta. Topándose con el mayor que ya lo esperaba con la bolsa de bocadillos que compartirían.

Yeonjun debía ser sincero, extrañaba a su viejo mejor amigo demasiado. Sabe que cometió demasiados errores con el menor y deseaba compensarlos. Haría feliz a su dongsaeng.

Quería hacerlo sonreír más veces que las que le hizo llorar.

Sólo por él. Sólo por Beomgyu.

Solo por su amistad.

─Vámonos entonces ─sonrió el pelinegro. Tomando la mano libre de Beomgyu con la suya e ir al auto que la madre del mayor les prestó para el viaje.

El recorrido en auto fue divertido para decir verdad. Se la pasaron bromenado, riéndose, y cantando de manera exagerada la notas de las canciones que salían en la radio como el los viejos tiempos.

Mientras Yeonjun conducía, Beomgyu miraba por la ventana del auto el alsfalto sin perder el hilo de la conversación que llevaban, contando anécdotas y actualizándose de las cosas que hicieron durante el tiempo distanciados.

─...Y así fue como Jake hyung atoró su pie entre el pasamanos del parque ─narró el castaño, cerrando con una sonora carcajada compartida con el mayor.

─Se ve que quieres mucho a ese trío de locos ─sonrió Choi, viendo como Beomgyu asentía frenéticamente con una gran sonrisa.

─Así es, Yeonjun hyung ─concordó ─Ellos son muy especiales para mí, me han apoyado mucho y se los agradezco, los valoro como a nada.

El más alto asistió ligeramente, sin depegar su mirada del camino. Hubo silencio, pero no un silencio incómodo como se esperaba, sino uno a gusto, relajante y en paz. Uno el cual dos personas que se extrañaron compartían.

─¿Y usted, hyung?

─¿Yo qué?

─¿Cómo van las cosas con sus amigos? ¿con su novia? ─preguntó animadamente el castaño.

Choi calló. Nunca esperaba que su dongsaeng le preguntara eso, mucho menos que lo tomara tan a la ligera.

Pero lo que no sabía Yeonjun es que algo dentro de Beomgyu se rompió un poco al preguntar aquello, siendo consiente que aún le guardaba a su mayor un afecto más allá de la amistad.

─Tengo que sincerarme... No esperé que se hiciera amigo de las personas que se pasó criticando los últimos dos años ─se burló ─¡Y estoy molesto con usted, ya que me acuerdo!

─¿Qué, conmigo? ¿Ahora qué hice? ─ preguntó un poco alterado por la noticia.

─¡Sí, con usted! ¡Porque jamás me dijo que le gustaba Ryujin noona! ─para que fuera más fácil olvidarme de usted.

Y otra punzada se instaló en el pobre corazoncito del menor.

─Ah, eso ─rió leve ─Es que creí que te reirías de mi. Lo siento, Beomie.

Y la conversación cerró, dejando un sepulcral silencio dentro del auto, que para ambos fue incómodo, creyendo que el otro no lo sentiría así.

Llegaron al parque acuático, agradeciendo internamente ambos jóvenes con una gran sonrisa. Sin más, bajaron del vehículo y se adentraron al establecimiento. Pasaron las horas que correspondían de diversión; subiendo a los toboganes, nadando juntos, mojándose, tirándose el uno al otro a las piscinas y más. Fue excelente para ambos y lo disfrutaron como nunca.

Ya era hora del almuerzo, y el par de amigos se encontraba comiendo los bocadillos preparados por el mayor de los dos.

─Gracias.

─De nada, Beomie.

─No. Digo que gracias por volver a ser quien eras, por querer intentar todo de nuevo. Por disculparte... aunque parte se ello fue gracias a noona.

─Am, sí... eso ─suspiró ─No agradezcas, Beomgyu. Cometí un gran error al alejarnos, al alejarte de mí, por no aceptar tus disculpas. Por burlarme de ti, molestarte y más.

»Soy un idiota. Lo que hice no tiene perdón. Yo soy quien debe agradecer por haberme dado una segunda oportunidad para arreglar todo.

Yeonjun dejó su sándwich a un costado, para así poder tomar las manos del menor y mirarle a los ojos.

─Beomgyu, lo siento. Y espero que un día me logres perdonar en su totalidad ─y sin más lo abrazó, acción que el castaño correspondió sin ningún problema.

Beomgyu ya estaba a nada al borde de las lágrimas, las palabras de su hyung le hicieron sentir tantas cosas. Lo extrañaba tanto que no se podía explicar.

Era su hyung. Y Beomgyu necesitaba a su hyung.

 Y Beomgyu necesitaba a su hyung

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sick ↯ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora