Inocencia Elfíca

La creación de Alfheim.

Junto con los Valar creados por Illuvatar existió uno que prefirió quedarse fuera del problema con Mejor, su nombre era Freyr, Freyr siempre prefirió mantenerse en paz y completa tranquilidad, y seguía las decisiones de los otros Valar sin ponerse en contra de nada de lo que ellos dijeran, por esta razón todos creían que Freyr no tenía personalidad ni voluntad propia, ¿acaso Illuvatar se había equivocado al haberlo creado? Eso era lo que todos los Valar creían, todos a excepción de Manwe, el siempre supo que Freyr estaba destinado a la grandeza pero esperaba que esa grandeza fuera a ser usada para el bien y no para el mal como en el caso de Melkor.

Freyr nunca mostraba pasión por nada ni tampoco parecía emocionarse con nada hasta que los otros Valar lo vieron creando una espada con la cual peleaba en ocasiones con los aliados de Melkor, una espada más poderosa que cualquier otra arma materializada, a la cual el mismo Freyr llamó la Summarbrander, se decía que esta espada era capaz de cortar hasta la misma Arda si así lo deseaba su poseedor pero nunca se comprobó aquello.

En el momento en que los Valar comenzaron a llevarse a los elfos a Aman Freyr comenzó a ver qué muchos de los hijos de Illuvatar se perdían en el camino, y fue esto lo que comenzó a hacer que Freyr mostrara su verdadera escencia, el Valar comenzó a preocuparse por los elfos perdidos en el camino pues estos no tendrían un hogar el cual poder habitar, y a escondidas de el gran señor creador creó el reino de Alfheim, un reino perdido entre bosques, así fue como guió a un montón de estos elfos que anteriormente estaban perdidos y los llevó a Alfheim indicándoles que ese sería su hogar de ahora en adelante.

Los elfos estuvieron tan agradecidos con Freyr que comenzaron a verlo como un dios aún sin que él les pidiera algo como eso y entre todos los elfos el Valar eligió a uno, un elfo Vanyar, el más hermoso de todos, a quien llamaban Tastereneth Argines y lo nombró rey de aquel reino que había creado para ellos, fue así como el primer rey de Alfheim fue un Argines.

Durante miles de años los elfos hicieron de Alfheim su hogar descubriendo con el paso del tiempo sorpresas que el mismo Freyr les había dejado, entre ellas la magia de Alfheim, aquella que puede sellar el reino para protegerlo y que nadie entre y salga de él, pero también entre estas sorpresas Tastereneth encontró algo que creyó era un regalo del Valar, un cetro con un orbe en la parte superior, un cetro que contaba con poderes aún más fuertes que cualquier encantamiento que los elfos podían crear.

Cómo era de esperarse no pasó mucho tiempo para que el rey de Alfheim encontrara el amor desposando a una hermosa elfa quien dió a luz a su amado hijo y descendiente.

Tastereneth también creó el consejo elfíco, un grupo de los elfos más sabios que ayudaran al rey a tomar decisiones importantes y aquellos que se aseguraran de que los siguientes reyes siguieran las reglas impuestas por él, aunque con el paso de los años el consejo elfíco tomó aún más importancia que el mismo rey.