My momma doesn't like her

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No podía creerlo, después de esa bochornosa escena, Jimin estuvo durante todo el transcurso de la última clase distraído y distante de lo que pasaba a su alrededor. No escuchaba nada de lo que hablaba el profesor y no había apuntado ni la fecha en su cuaderno.

Esto era mucho para él y se sentía desfallecer por la vergüenza ¡Dios! ¿Acaso él estuvo fajándose con Yoonji en los baños de la escuela como un total sinvergüenza? ¿Dónde habían quedado sus valores?

¿Qué hubiera pasado si la profesora no los interrumpía?

Jimin sintió de inmediato su cara enrojecer al imaginarse las miles de posibilidades con un único final. Automáticamente chocó su frente contra el escritorio llamando la atención de sus compañeros ante la acción tan peculiar y desconcertante de su parte.

¿Qué le estaba pasando?

Con el mismo estado mental donde él se encontraba ignorante de todo y todos, siguió la jornada escolar, manteniéndose de tal manera. Hasta cuando Momo lo llamó por teléfono solo para contarle que había conocido a un chico mayor en un bar, le hubiera aconsejado que se aleje, pero él seguía en su propio mundo, así que solo asintió a todo lo que ella dijo, lo que de seguro fue una luz verde para que hiciera lo que se le venga en gana. Tampoco era como si él estuviese en la posición de ser la voz de la razón en estos momentos.

Se quedó aún dentro del centro de estudios viendo a los demás estudiantes salir y retirarse hacia sus respectivos hogares. Él, en cambio, esperaba a que su madre se dignara en aparecer y recogerlo. Era un tanto vergonzoso para él que a su edad, su progenitora siguiera tratándolo como un chiquillo de ocho años en todo el sentido de la palabra, era muy sobreprotectora.

―Vaya, vaya, qué suerte verte todavía por aquí ―Jimin volteó sorprendido encontrándose a Yoonji quien lo miraba con una sonrisita traviesa.

Tragó en seco cuando se puso a su lado y con total confianza recostó su cabellera oscura sobre su hombro, para luego a sacar algo que pudo identificar como un cigarro.

¡No se podía fumar en el colegio!

―Uh, sí, espero que vengan por mí ―Miró a la chica que estaba rebuscando con desespero en su mochila, supuso que lo que buscaba era el encendedor, ya que era lo único que le faltaba―. Deja eso.

―¿Dejar qué? ―preguntó confundida por lo que dijo el chico. Yoonji se quedó pasmada cuando este se le acerco de un momento a otro y le acarició su rostro con suavidad.

¿Por qué se avergonzaba así de repente? ¡Ella no era como esas tontas que se sonrojaban solo por una miserable mirada!

Pero Jimin era tan lindo y amable...

Era diferente a otros chicos.

―Pide un deseo ―dijo el chico con parsimonia sacándola de sus pensamientos poniendo en su delante su dedo índice, mostrando una pestaña.

Ante la confusión de Yoonji, Jimin sonrió divertido por cómo ella lo miraba con recelo. Lucía adorable, ya no era la adolescente segura, salvaje y descarada de siempre.

―Cuando se te cae una pestaña, debes agarrarla, pedir un deseo y finalmente soplar con los ojos cerrados. No tienes que decirlo en voz alta, es algo que anhelas con tu corazón y, por lo tanto, solo queda para ti.

―Qué tontería ―bufó con molestia poniendo sus ojos en blanco. ¡Era una total ridiculez! ¿Quién hace esas cosas tan cursis? ¿Ahora qué? ¿Se ponían a cantar y bailar?

Idioteces.

―Tu deseo te espera ―insistió acercando aún más su índice al rostro pálido.

My Oh My ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora