Capítulo 4

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No suelo mirar el móvil por las mañanas, pero en esta ocasión tenía que hacerlo.

Ha descubierto que vivimos en la misma calle, y a las 7.15 de la mañana me insistia con que me vendria a recoger a casa.

Acepto, obviamente, y bajo a desayunar.

Mi madre me ha preparado un bol enorme de leche con mis cereales favoritos.

Cuando subo dispuesta a vestirme, no sé qué ponerme. Quería estar guapa, ya que Miquel sería la primera persona que me viera por la mañana, asi que no quería estar echa un cristo.

Total, me decido por mis pitillos vaqueros favoritos, y un top con una chaqueta de flecos que me encanta.

He quedado con él a las 7.45, y son y 50. Si no llega en dos minutos me voy en el bus que pasa a y 55.

Cuando estaba perdiendo todas mis esperanzas, aparece con unos vaqueros negros, unas nike y una sudadera roja.

¡¡Diooooos mio como está!!

Nos damos dos besos y tomamos rumbo hacia la cárcel, aunque prefieren llamarlo instituto.

Por el camino, me dice que voy muy guapa y me sonrojo. Yo no tengo otra cosa que decir, salvo que él también va muy guapo.

Me cuenta que esa mañana cuando se ha levantado, se ha chocado con un mueble y casi se abre la cabeza. Vamos, lo que le pasa a todo el mundo.

Cuando llegamos nos encontramos a Eloy y a Danira esperandonos.

Espero que sea una rutina eso de venirme siempre a buscar antes de ir a clase.

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Haciendo Latín, me tiran un papelito en la nuca, que supuestamente es de parte de Juliette. Lo abro, y el mensaje dice que esta tarde, ella y Danira van a ir  de compras y después, a Granier. Me pregunta que si quiero ir con ellas, pero tengo que estudiar para el examen del lunes, así que decido no ir. La clase pasa muy lenta, y no puedo dejar de mirar a Miquel que habla con su compañero de al lado. Su voz es tan alucinante...

Suena el timbre por fin y decido irme ya a casa.

24.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora