Capítulo 1

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____ bajó casi corriendo las escaleras a la vez que se escuchaban los regaños de su madre por la manera tan rápida en la que bajaba Se apresuró y miró la hora en su teléfono, ya iba tarde.

—¿Se puede saber a donde vas con esas prisas? —Su madre dejó a un lado su móvil para poner toda su atención en la menor quién dejó salir un suspiro al escucharla, le había repetido varias veces de que saldría con sus amigos. 

Al mirar en dirección a la mesa donde su madre se encontraba pudo notar la ausencia de su padre aunque eso no le extrañaba, casi nunca estaba en casa.

—He quedado con mis amigos para ir a cenar.—Le respondió mientras se ponía la chaqueta pues esa noche parecía que haría más frío de lo que usualmente estaba haciendo. —No volveré tarde. —Se apresuró a decir.

—Eso espero. Mañana empiezan las clases por lo que no puedes volver tarde. —A pesar de decirle que no volvería tarde ella tuvo que decirlo, aunque le dijera prácticamente lo mismo. 

_____ salió de casa antes de que su madre pudiera decir algo y lograra que su buen ánimo cambiara a peor. Frunció el ceño al ver un coche aparcar delante de su casa pues no se trataba del coche de su padre. 

Sus ojos se abrieron de par en par al ver a su hermana mayor, Wheein, bajarse de este. La última vez que se vieron fue hace dos años, debido a que la mayor trabajaba en Nueva York no se han podido ver con mucha frecuencia. 

En cuanto vio como su hermana abría los brazos y sonreía animándola a que fuera y la abrazara, corrió en su dirección y la abrazó con fuerza. Fue en ese momento, cuando tuvo su cuerpo pegado al de la mayor, que la había estado extrañando más de lo realmente pensaba. 

—Te he extrañado tanto. —Dijo la menor aún con sus brazos por alrededor de la cintura de la contraria.

Estar a solas con sus padres había sido todo un reto. No podía evitar que en ciertas ocasiones tuviera celos de la mayor al poder vivir lejos de sus asfixiantes padres. Tiempo atrás, ____ les pidió su aprobación para poder irse ella también del país, incluso a su hermana le pareció buena idea, se llevaban muy bien y no habría problema, pero sus padres no pensaban muy bien acerca del plan. Fueron directos cuando le dijeron que debía quedarse y finalizar sus estudios en la universidad.

—Yo también.—Sus ojos recorrieron cada centímetro del cuerpo de la menor para después mirar detalladamente su rostro. —No has cambiado nada. —Dijo feliz por aquello. —¿Ibas a salir?

De pronto, Rosé y el resto de sus amigos abordaron su mente. Había quedado con ellos para ir a cenar, una especie de despedida del verano antes de que empezara el nuevo curso.

—Sí, he quedado con unos amigos para ir a cenar. —Respondió. —Me encantaría quedarme para que me cuentes todo sobre los dos años que has pasado fuera pero no puedo llegar tarde, ya me están esperando. —Dijo apenada. Su hermana a la que tanto quería y echaba de menos había llegado y ahora ella se tenía que ir. La idea de cancelar la salida con sus amigos se le pasó por la cabeza.

—Entonces vamos, te llevo. —Se dirigió al coche.

—Pero acabas de llegar, seguramente estarás cansada —Le dijo no muy segura de que la acercara al restaurante donde había quedado con los demás.

—Estoy segura de que si entro lo único que no haré será descansar. Mamá intentará sacarme la mayor información sobre mi estilo de vida en Nueva York. Si tengo la opción de aplazar aunque sea por unos minutos esa charla, ten por seguro que lo haré. —Dijo decidida. Conocían demasiado a su madre para saber que ocurriría eso si llegara a cruzar la puerta.

Lo Que Pudimos haber sido (Jennie, Lisa Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora