La culpa caía sobre aquel cuerpo sin vida que yacía sobre el suelo cristalino. Se levantó para admirar un paisaje desconocido, el olor a pan recién hecho inundaba la sala, una brisa leve danzaba sobre aquellos huesos descubiertos. Más tarde se escuchó unos pasos, un ser encapuchado se acercó y sin prejuicios hablo. -por favor puede pasar a la sala 8?- de qué sala estaba hablando si tan solo avía blanco, roto su cabeza para encontrar una puerta que decía ocho. Desconcertado por la aparición decidió obedecer no sin antes decir -donde estoy- y aquel ser respondió -en ningún lugar donde debas preocuparte por el futuro-. Ahora si estaba confundido e intrigado por lo que se escondía detrás de la puerta, -y porque debo cruzarla?- ... -para llegar al fina-. Movió el pomo dorado y cuando abrió entró. Esa puerta sólo era una puerta en la nada, seguía en el mismo lugar con la misma sombra. ¿Por qué tenía que pasar la puerta, es que le estaba tomando el pelo? Aquel ser misterioso parecía sorprendido así que el chico decidió con valentía dirigirle la palabra. - Qué pretendes? ¿Acaso es una broma? Ayer estaba a punto de morir y hoy... morir? N-no es posible, es demasiado pronto- -teóricamente debiste pasar al mundo de los muertos gracias a esa puerta... Es imposible, todos los muertos deben pasar... Al menos que...- dijo el encapuchado. -al menos que!?- respondí asustado el chico -al menos que no estés muerto del todo- dijo resaltando lo último -que!?, P-pero eso es imposible, ¿C-cómo puede estar medio muerto? Acaso soy un zombi?- dijo asustado -no... Los zombis no existen, son parte de la imaginación de los vivos, un invento social que aterra a los niños/as- comento el encapuchado intentando tranquilizarlo -y-y qué representa que tiene que hacer un semi muerto, cuál e-es mi destino?- -como no puedes ir al mundo de los vivos ni pasar la puerta de los muertos es más probable que tengas que quedarte en el vacío o venirte con los cosechadores- dijo la sombra -q-que son los cosechadores- tartamudeo el chico que aún no entendía la situación - los cosechadores somos los encargados de acompañar el camino a los muertos Geno-- -un momento- interrumpió el chico -Como sabes mi nombre? acompañar? Tú solo me indicaste una simple puerta, que patético trabajo- dijo en burla -pues este patético trabajo se a prácticas antes de que existieras y respondiendo la otra pregunta, los cosechadores conocemos el nombre de todos.- - Porque debería acompañarte con los cosechadores?- preguntó con desconfianza -no tengo razones para traerte, tan solo piensa que prefieres: quedarte la eternidad esperando la nada o acompañarme con los cosechadores?- El semi muerto quedó en silencio, se tiró al suelo con pose fatal y dejó de hablar. Estaba clara su respuesta así que el encapuchado desapareció. Pasaron los días y con discreción el cosechador quedaba unos metros lejos del chico observándola detenidamente hasta que el semi muerto cansado le dijo -podrías dejar de mirar?- -es que me es imposible dejar de mirar a semejante belleza- dijo sin pensar -que!?- y así fue, el encapuchado siguió visitando y dia tras dia convirtiendo lo de ser un conocido en relación.
Fin