La Propuesta

Capitulo 3

Definitivamente debería ir a hablar con el gerente o enviar una carta con un reclamo hacia el banco, ¿que clase de institución sería envía cartas erróneas? Austin me explico que él ya había pagado este mes correspondiente, así que me convenció para desistir de reclamar.

Si hay algo que cambió en mí después de conocer a Austin, es que le hacía caso en todo a ojos cerrados.

Como día sábado se me ocurrió preparar un grandiosa cena para regalonearlo pero…

-Amor, debemos ir a hacer las compras de mes, no hay nada en la despensa.

-Mila, prácticamente te comes todo tu sola- se burló

-JA JA JA, chistoso.

-Hagamos una cosa, para que no te estreses, escríbeme la lista, yo voy y compro y tú por mientras vé con Dinah y te distraes ¿si?

-¿Seguro? ¿Estas preparado para este paso tan importante?

-Vé amor, no te preocupes.

Y le hice caso.

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Y como toda dama de honor seria y precavida, Dinah prácticamente me obligo a salir de casa para empezar con los preparativos de mi matrimonio.

-Mira esta tienda, investigué y tiene los vestidos de novias más fabulosos de la cuidad…

-Pero Dinah mira sus precios, no quiero un matrimonio así, ya sabes, consumista.

-Cálmate, tu futuro marido solo por soportar a una ogra, digo jefa, gana una buena cantidad que cubre este hermoso vestido, aunque dudo si le gustará vértelo puesto o sin él.

-Guarda silencio pervertida.

Me probé un infinidad de vestidos con una infinidad de ceros, y ninguno me llamo siquiera un poco la atención, resignadas nos fuimos a la florería a elegir mis favoritas.

Luego de una tarde agitada, llegue a casa y estaban las compras sobre la mesa de la cocina y Austin durmiendo sobre el sofá.

Busque en mi libro mágico la receta de la mejor lasaña de mundo, escrita por una de mis autoras de cocina favoritas, y por gracia de Dios tenia autografiado.

Dos horas más tarde tenía la cena sobre la mesa, la botella de vino abierta y el postre en el refrigerador, solo faltaba despertar a mi amado para comer y disfrutar mi especialidad.

-¿Sabes algo?, me gustaría empezar por el postre amor

-No seas goloso, está reposando en la cocina- dije reprendiéndolo

-No tonta, me refiero a ti, eres la persona más dulce en el mundo y es una de las razones del porqué te amo. Y te quiero comer ahora mismo.

-Y tú eres el hombre más maravilloso del universo, por eso te amo. Pero prefiero que comamos la lasaña o sino se enfriará.

Besos, arrumacos, más besos, caricias y más besos fueron añadidos a nuestra cena, y si me preguntan, nunca me aburriría de él, es un perfecto caballero, fuimos amigos por casi dos años y todos daban por sentado que salíamos desde que nos conocimos debido a nuestra increíble química, pero no, fue un proceso lento y seguro y estoy enamorada a más no poder.

Ya estaba cansada, levantamos los platos, lavar, secar y guardar, regar el jardín y dejar la basura afuera era lo que faltaba. Austin fue con sus amigos por una copa a un bar, y yo por un libro a nuestra cama.

Faltan 3 semanas para volver al trabajo, extraño hacer clases y hablar de lo que tanto me apasiona, no hay nada como la literatura. Quizá no es muy común hacerles clases a adultos que no pudieron terminar sus estudios por x motivos, pero es distinto que enseñar a niños, los adultos entienden mi punto de vista y ven la literatura con mi perspectiva, de lujo.

Y bueno, Austin sigue en la empresa, llega todos los días directo a la cama gracias a su jefa que le da exceso de trabajo, a veces me dan ganas de ir a la empresa y preguntarle si no tiene más empleados, pero bueno, no me gustan los conflictos. O eso hasta hoy, a dos meses exactos de nuestro matrimonio, para el colmo de los colmos, el banco volvió a enviar una carta, sin nada más que hacer al respecto, ni llame a Austin, solo fui a encararlos. Siempre y cuando acompañada de mi fiel sancho panza.

Lo mejor hubiese sido no ir.

Dos horas más tarde…

-Hijo de puta, ¿cómo pudo ocultarte algo así?- pregunto la morena

-Ni idea, solo quiero que llegue a casa y me explique, seguro hay un buen motivo, lo doy por hecho, solo no lo juzgues tanto ¿por favor?- Respondí afligida.

-Lo siento Mila, pero es una mariconada lo que hizo, sea cual sea el motivo.

- Solo quiero ir por un bote de helado de chocolate y ver “The Notebook” por decimosexta vez.

-Por eso somos amigas, pensamos en lo mismo.- me abrazó  y correspondí.

The notebook, Votos de amor y Te amaré por siempre fueron el anestesiante perfecto, o más bien lo fue Rachel McAdams, ya que es mi crush desde siempre.

Iban a ser las 9 y el momento estaba por llegar, o más bien Austin, y Dinah creo que pensó lo mismo, ya que se puso bastante tensa y decidió irse a casa.

Sentí las llaves en la puerta…

-Buenas noches amor, crees que sea posible cenar en la cama, vengo muerto, te he extrañado todo el día mi vida.

-Austin Carter Mahone necesitamos hablar seriamente, y no estoy bromeando, es bastante grave.

-A juzgar por tu cara te creo, ¿que pasó?

-Explícame que ha pasado con el dinero con el que supuestamente debías pagar el crédito de la casa desde hace 3 meses.- dije seriamente

-Amor, lo que pasa es que…

-Nada de amor, dime la verdad por favor.