°𝖘𝖆𝖛𝖆𝖌𝖊☘︎°✈︎'ᵗᵃᵉᵗᵉⁿ'

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¿Han pensado alguna vez que el universo esta en su contra? Bueno, porque Chittaphon en este momento, se caga en todos los putos dioses del universo.

Su día, que parecía ser uno muy alegre y divertido, se había ido a la mierda en el segundo que esos dos jóvenes cruzaron la puerta de su cabaña. Hagamos un pequeño flashback para que me entiendan.

[...]

El concurso de miradas por así decirlo, había terminado, ya que el aburrimiento era más grande. Y Ten y Somi ya estaban hartos de verse las caras, como si se las vieran todos los días. Si le preguntaban a Chittaphon, podría decirte cuantos granos había en la cara de Somi, tuvo demasiado tiempo hasta para contarlos y clasificarlos por tamaño.

Aunque la castaña se llenara la cara de maquillaje, el tailandés podía ver por la luz los granitos. Por supuesto que no le diría a la chica porque ella se enojaría con él, y eso de que no era su culpa. Donghyuck ya había pasado de sus mayores, hablando todo el camino con Mark. Mientras más hablaba con el canadiense, más se acercaba a la posible hipótesis de que estaban dirigiéndose al mismo lugar y la verdad, le asustaba un poco.

Demasiada coincidencia, ¿no? Prefirió callar su boca y no contarle a su hyung, porque si se llegaba enterar de que era posible que Lee Taeyong este yendo al mismo lugar que ellos ahora mismo, haría que sus padres den la vuelta. No quería perderse unas vacaciones que podría compartir con el chico que le gustaba, solo tendría que alejar al pelirosa de su hyung y todo iría de maravilla (en el caso de que Mark y él estén yendo al mismo lugar, pero era demasiada coincidencia para ser real).

Chittaphon fue el primero en dar su brazo a torcer en la competencia de miradas con Somi, sentía que se dormiría si seguía viendo el rostro de la castaña. Además, se volvió aburrido en cierto punto. Por lo consecuente, él terminó perdiendo y ahora debía ver la manera de encontrar una heladería cerca de a dónde iban, para ir allí, comprarle el bendito helado a la chica y para colmo, hacerlo en inglés. Definitivamente el mejor día de su vida.

Pero había la esperanza de que mejorara, divertirse en la playa con los menores se veía entretenido. Así que suspiró mirando el camino y dejó una pequeña sonrisa cruzar su rostro. Habían dejado atrás el tránsito (por suerte), lo único es que se retrasaron una hora, llegarían un poquito más tarde de lo planeado. Aunque, resulta, que la amiga de su madre también se había quedado atascada en el tránsito. Estaban parejos en cuanto al tiempo de llegada estimado, solo que ellos llegarían más temprano, según lo que su mamá les había dicho.

Mejor, quería instalarse primero en la cabaña y elegir el lugar que quería sin tener que ser cortés con el hijo de la amiga de su madre. Porque sí, a sus amigos no les tenía piedad, se pelearía con ellos si era necesario para conseguir el lugar que quería. En cambio, con el hijo de la amiga de su madre, debía ser amable para que no lo regañe después.

Sin esperarlo, ya habían llegado al pequeño pueblo donde estaba el complejo donde se hospedarían. Curioso se acercó a la ventana, mirando todo alrededor. Era un pequeño pueblo con casas y negocios hechos todos de madera. Un pueblo muy artesanal y Chittaphon no podía estar más atrapado por su belleza.

Él tailandés tenía una ligera pasión por este tipo de pueblos, que lo hacían sentir relajado y a gusto con el ambiente. Sentía que todos sus problemas habían desaparecido, dejándolo con un sentimiento ligero. La certeza de que hoy sería un buen día crecía en sus adentros. Estaba perdido en las distintas cabañas y tiendas en el pueblo, todas con la singularidad de que estaban hechas de madera. Los carteles de los locales también eran del mismo material y los nombres de cada negocio, estaban grabados en la madera.