Extraño Y Ordinario

Capítulo 3: Momentos Como Este

Marisol

El día tiene veinticuatro horas, son mil cuatrocientos cuarenta minutos, al día, todos los días, por trescientos sesenta y cinco días.

Todos los días pierdo mil cuatrocientos cuarenta minutos.

Algunas veces duermo cinco horas, otras veces no duermo, pierdo trescientos cincuenta minutos en dormir.

No puedo evitarlo, es un acto constante, así que mi vida solo es la escuela.

Ally una vez me hablo de la rutina, yo en serio quería entender lo que estaba diciendo, pero ella no tenía muchas ganas de contarme.

Cinco y media.

Me levanto y arreglo a mi hermana, tiene cinco años, la peino y le doy de comer.

Seis en punto.

Mi hermano mayor la lleva a su escuela, yo me termino de arreglar para caminar ocho cuadras hacia la parada de mi casa. Tengo que tomar dos camiones para llegar a mi escuela, luego caminar una colina para mi salón. Mi preparatoria está en una universidad, así que es común ver tanto movimiento.

Siete de la mañana.

Empiezan mis clases, hasta las cuatro de la tarde, logro irme para desperdiciar mi tarde haciendo tarea.

En el pasado, Ally me visitaba, no es lo que piensas, ella solo se sentaba y se comía toda la comida de mi casa. A veces se ofrecía ayudarme con mi tarea, pero después de leer dos palabras de mi trabajo, ella se acostaba y decía que estudiaría artes.

Así son mis días.

Pero no hoy...

Estoy en el camión, pero esta vez estoy feliz.

Te contaré, cada dos semanas mis amigos y yo tratamos de reunirnos, salimos o comemos. Antes lo hacíamos más seguido, en nuestra época de secundaria, salíamos todos los días por todo el día.

Ahora tenemos suerte si todos nos reunimos juntos.

No es que no queramos, nuestra preparatoria es demasiado exigente, hago lo que puedo para tener tiempo para ellos, Ally me ayuda a no llorar por el estrés. A veces en sus ataques deja de ir a la escuela, para acompañarme, al principio la obligaba para no hacerlo, me di por vencida.

No puedes cambiar a Ally, créeme.

Cuando conocí a Ally, lo primero que pensé fue que simplemente era callada y reservada. Pero sus acciones hacían que me diera vueltas la cabeza.

— ¿Puedo sentarme aquí? — Una chica se sentó a mi lado.

Cierto.

Sigo en el camión.

Los camiones son muy comunes por aquí, así que no se te haga extraño estar en este escenario constantemente.

¿Tienes un grupo de amigos? Yo sí, es "El grupo de amigos" ese tipo de grupos en donde todos se conocen. Si nos vieras de lejos jamás supondrías que somos mejores amigos, somos demasiado diferentes, y no somos de esas frases que dicen.