-¿Quieres dejar de hacer eso?
-Lo siento.
Adriel y Leonardo estaban en el tejado de la casa más alta de toda la zona del centro de la ciudad y Adriel reprendía a Leonardo por estar mascando la goma de mascar que llevaba en la boca (sabor mora azul, el sabor favorito de Leonardo en lo que a golosinas concernía) de un modo muy exagerado y ruidoso. Sí, era algo irritante escucharlo, pero no solo por eso Adriel lo reprendía, sino porque alguien podría escucharlos.
-"Lo siento"- repitió Adriel en un tono irritado-. Si vuelves a hacerlo te juro que te coceré esa boca con las agujas de Rojo.
Leonardo hizo como que se estremecía, en son de burla, pero dejó de mascar tan ruidosamente.
-¿Qué te pasa Adriel?- preguntó Leonardo escupiendo el amasijo de color azul cielo, que hace unos minutos tenía la forma de un cubito de color azul intenso, a un gato callejero que pasaba por ahí. El gato lo miró un momento y después, al sentir el golpe suave del chicle de Leonardo, salió corriendo, saltó al tejado más próximo y desapareció tras una esquina.
-Nada- respondió Adriel, se sentó en el tejado y miró al cielo. Era ya de noche, hace unas horas estaba con Caramoon, Rojo y Blum. Los tres les habían dado su misión después de muchos días sin haber salido a "pasear", como decía Leonardo, pero Caramoon había encontrado la forma de colarse a las instalaciones de los "chesters"... tenían que aprovechar eso. Lo que no le gustó a Adriel fue lo que Caramoon dijo después de darles a conocer su misión.
-¿Es por Gema?- preguntó Leonardo recostándose junto a Adriel. Ambos llevaban casi la misma indumentaria y eran muy parecidos fisicamente. Tanto, que la gente los confundía por hermanos. Ambos llevaban una chaqueta con capucha que les tapaba medio rostro bajo las sombras (Adriel iba de azul intenso y Leonardo iba con una chaqueta de negro para confundirse en la oscuridad), unos pantalones que no eran ni tan ajustados (para no tener limites en el movimiento), ni tan holgados (para que al moverse no sintieran incomodidad en las piernas a la hora de correr o dar una patada o [en el caso de ellos dos] trepar edificios). Unas botas estilo militar con muchas rugosidades en la punta y planta de los pies para poder tener un mejor agarre y una mejor fricción a la hora de trepar el edificio y así subirlo de manera muy rápida. Ambos llevaban un cinturón en los pantalones con diversas cosas colgadas de él. Ahí cambiaba un poco más su indumentaria:
Adriel llevaba una espada larga colgada del lado izquierdo del cinturón; del lado derecho llevaba un tomahawk* que no era mas largo que su antebrazo. Del medio del frente de su cintura a su izquierda, en el cinturón, llevaba muchos cuchillos que podían ser arrojados desde una distancia de cincuenta metros (si se tenía la suficiente habilidad) y aún a esa distancia quedar clavados en el cuerpo de los seres humanos o algo más fuerte hasta el mango. Del medio de la cintura a su derecha, en el cinturón, estaban muchos espacios vacíos, exceptuando una pistola (una Beretta 92 que, en manos de Adriel, eran un verdadero martirio para sus enemigos), que colgaba junto a la espada larga.
Leonardo llevaba solo una cimitarra** y unos cuantos cuchillos.
-¿Porqué lo dices?- preguntó Adriel apartando la mirada y tomando un cuchillo.
-Porque es su primera misión y temes que le ocurra algo- respondió Leonardo con suavidad sacando otro chicle de un bolsillo interno de su chaqueta.
-¿Cuántos chicles llevas encima?- preguntó Adriel con incredulidad, ya que su amigo llevaba por lo menos unos diez chicles mascados desde empezada la misión.
-Los suficientes- respondió Leonardo con una sonrisa y metiéndose el cubito a la boca-. Y no me cambies el tema.
-Si deseas saberlo, sí, es por ella- Adriel volvió a envainar el pequeño cuchillo y se levantó.
ESTÁS LEYENDO
Nagut' Tuku
AdventureAdriel y Leonardo son dos amigos de toda la vida. Al entrar a una nueva escuela muy prestigiosa, descubren un secreto guardado debajo de ella, un secreto que se ha guardado celosamente a la raza humana. La existencia de otra raza más avanzada, más f...